Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

lunes, 19 de diciembre de 2011

Las canciones más bonitas que hayas escuchado jamás suenan en mi interior

Sabes que me gusta el silencio, pero no de ese que se vuelve incómodo e intento romper con cualquier tontería, sino ese tranquilo, que nos transporta a unas vacaciones de hace años, al futuro, al pasado, a los recuerdos y a todas las cosas que soñamos con vivir pero no vivimos. Sabes también que a veces grito sin motivo, simplemente porque no soporto la calma. Lo que no sabes, ni tú ni nadie, es que cuando estoy totalmente sola me gusta poner la música bajita para después subir el volumen y ponerme a bailar como si no hubiera mañana. ¿Y eso de que el sonido del mar relaja? A veces solamente sentarme a escuchar el mar ya me pone nerviosa. Con tantas cosas por hacer, por vivir, por soñar, por sentir, estoy ahí, pudiendo estar a tu lado. Igual eso influye. Sí, la compañía hace de los silencios incómodos y del ruido molesto algo que nos gustaría vivir eternamente. Puede ser que todavía no lo sepas, pero empecé a escuchar esa música que antes tanto odiaba porque me recordaba a ti. Un día nos enfadamos y la borré de todas partes, hasta intenté hacerla desaparecer de mi memoria. Y bueno... tampoco sé si lo sabes, pero las sonrisas también se pueden escuchar y se puede reír en silencio. Hoy por hoy, lo único que tengo valor para escribir de todas las cosas que me quedan por decirte es que no tengo ninguna duda de que si tuviera que componer la banda sonora de mi vida, la haría con acorde tu (son)risa.

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