Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

sábado, 31 de diciembre de 2011

Seguiremos siendo quienes somos, seguiremos sonriendo cada viernes

Vamos a brindar. Vamos a pedirle riquezas inmensas a un billete debajo del plato. Vamos a poner una maleta en la puerta para conseguir viajar. Vamos a vestir de rojo y a pedir un deseo por cada uva. Vamos a llenarnos de ilusiones que acabarán en el fondo de la copa de champán y a llorar de alegría una noche al año. Vamos a bailar hasta que nos duelan los pies y a gritar hasta quedarnos afónicos. Vamos a correr para alcanzar nuestros sueños y vamos a romper con todos los estereotipos del pasado. Vamos a hacer que el futuro sea diferente. Vamos a vivir el presente como si no hubiera nada más. Vamos a olvidarnos de los problemas, de las discusiones con la familia, de esa amiga que perdimos en el 2011 y de aquellos que nos dieron dolores de cabeza. Pero ¿sabes lo que no vamos a hacer? No vamos a pedirle demasiado a este nuevo año, porque igual por avariciosos no nos trae nada. Vamos a dejar que pase, vamos a ayudarle a conseguir todo lo que queremos, vamos a ser nosotros mismos. Vamos a luchar por nuestros propósitos y vamos a pelear por seguir siendo quienes somos. Porque un año nuevo no nos lleva a una vida nueva, un año nuevo simplemente nos da la oportunidad que cambiar tanto nuestra vida a mejor, que parezca otra sin dejar de ser la nuestra. Año nuevo, oportunidades nuevas.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Polvos de espírtu navideño que duren doce meses cada año

Me encanta la Navidad. Me gusta poner el árbol, las figuritas, comer polvorones y turrón y cantar villancicos. Es tanta la gente que se deprime en navidad que me parece increíble. La Navidad es un continuo cambio de humor. De alegría extrema al más alejado de los sentimientos de tristeza profunda. Pues bien, ¿qué tiene de malo estar triste de vez en cuando? Nada, hay que pensar, ponerse melancólicos, echar de menos y desear lo que no podemos tener. Pero por otro lado, la fiesta es fiesta y aunque no entiendo porque celebramos que un año se acaba, soy la primera que se pone a saltar al terminarse las 12 uvas a tiempo. La Navidad es contradicción en nuestro interior. Es época de tirar cosas, de hacer limpieza, de pedir deseos imposibles y de ver sonrisas, abrazos y buenos propósitos por todos lados. La navidad está hecha para que algunas personas hagan balance de su año ¿hay más bueno que malo, o al revés? Está hecha para llamar a toda la familia que a veces dejamos un poco de lado y para bailar 24 horas al día. ¿Cómo a alguien no le puede gustar la Navidad? Igual porque ya somos demasiado locos el resto de año como para serlo dos semanas más... Pero para eso existe la Navidad, para volvernos locos sin que nadie nos juzgue ¿o no?

lunes, 19 de diciembre de 2011

Las canciones más bonitas que hayas escuchado jamás suenan en mi interior

Sabes que me gusta el silencio, pero no de ese que se vuelve incómodo e intento romper con cualquier tontería, sino ese tranquilo, que nos transporta a unas vacaciones de hace años, al futuro, al pasado, a los recuerdos y a todas las cosas que soñamos con vivir pero no vivimos. Sabes también que a veces grito sin motivo, simplemente porque no soporto la calma. Lo que no sabes, ni tú ni nadie, es que cuando estoy totalmente sola me gusta poner la música bajita para después subir el volumen y ponerme a bailar como si no hubiera mañana. ¿Y eso de que el sonido del mar relaja? A veces solamente sentarme a escuchar el mar ya me pone nerviosa. Con tantas cosas por hacer, por vivir, por soñar, por sentir, estoy ahí, pudiendo estar a tu lado. Igual eso influye. Sí, la compañía hace de los silencios incómodos y del ruido molesto algo que nos gustaría vivir eternamente. Puede ser que todavía no lo sepas, pero empecé a escuchar esa música que antes tanto odiaba porque me recordaba a ti. Un día nos enfadamos y la borré de todas partes, hasta intenté hacerla desaparecer de mi memoria. Y bueno... tampoco sé si lo sabes, pero las sonrisas también se pueden escuchar y se puede reír en silencio. Hoy por hoy, lo único que tengo valor para escribir de todas las cosas que me quedan por decirte es que no tengo ninguna duda de que si tuviera que componer la banda sonora de mi vida, la haría con acorde tu (son)risa.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Cosas antinaturales que hacemos por naturaleza

Estoy cansada de las miradas frías, de las sonrisas fingidas y de los corazones de piedra. Porque eso de que piedra contra piedra, se hace fuego, es mentira. Piedra contra piedra, una de las dos termina rompiéndose. Y bueno, como ya he dicho mil veces nada es fácil, pero ese no es motivo suficiente para darle la espalda a la vida y dejarte llevar. El curso de la corriente lo marcas tú y nadie más. ¿Y eso de que los sueños nos muestran lo que no somos capaces de hacer? Cada vez creo que es más cierto, por eso me tengo miedo de cerrar los ojos. Porque a veces lo que sueño son cosas que me asustan, que con el simple hecho de imaginarlas ya las veo demasiado distantes. No sé qué sabré de la vida dentro de veinte años, lo que sé ahora es que hay que lanzarse al vacío para averiguar aunque sólo sea en una milésima parte lo que significa vivir.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Las palabras más bonitas son las que nunca decimos

Joder, que ya está bien de cobardías, de hablar mucho y actuar poco, porque he oído mil veces que la vida son dos días, pero ¿sabes qué? Aunque la vida fueran novecientos catorce mil treinta y cinco billones de días, querría seguir viviendo desde el día nº 1 como si fuera el último. Y lo sé, que no es fácil decir las verdades a la cara, ni a la espalda, porque muchas veces no es fácil decir verdades. Que duelen, que te duelen y las respuestas que te pueden dar también duelen. ¿Y qué? Si no duele hoy, dolerá mañana. Y por eso me auto convenzo, porque soy así, porque todo esto no tiene sentido, pero quiero seguir viviéndolo. Si me cansé de las sonrisas y las palabras vacías es cosa mía. No entiendo por qué hay que "pasar página", simplemente vive y cuando esté llena, se pasará sola. Las páginas no están escritas, se van escribiendo y no puedes dejar de hacerlo. Con buena letra o con mala, con prisas o con calma, contigo o sin ti, da igual, porque la vida sigue escribiendo su historia.

jueves, 8 de diciembre de 2011

La vida está hecha para vivirla, no para describirla

No entiendo porque nos empeñamos en poner etiquetas. La vida no es rosa, ni negra, ni azul, ni verde, ni morada. La vida es simplemente vida. Algunas veces lo verás todo sencillo y otras todo complicadísimo, pero ya está. No hay una sola persona en el planeta que solamente aguante cosas malas, pero tampoco la hay que viva sin ellas. Lo que hay es gente ciega. Gente que es tan pesimista que no ve el lado positivo de la vida. Y que sí, que a veces es muy difícil encontrarle el lado bueno a algo, pero también es muy difícil verlo todo horrible. Por eso, no sé, estoy harta de la gente "feliz" y la gente "triste", porque no somos tristes o felices, simplemente lo estamos... y es algo transitorio.

martes, 29 de noviembre de 2011

La cantidad de piedras que nos metemos en los zapatos

Y todo lo que hoy debemos hacer es aprender a luchar por nuestros objetivos. Proponernos algo y seguirlo hasta el final, por muy duro que no se nos haga el camino. Que se acaben ya esos momentos en los que lo que único que quieres es tirar la toalla. Hay cosas por las que vale la pena pelear y darlo todo, a pesar de saber que probablemente no llegues a lograr lo que esa meta tiene detrás. ¿Y qué? Aprende a aprender, a darlo todo, a no rendirte y a perder. Aprende que la vida no es color de rosas y que si no luchas, no obtendrás jamás nada de valor. Aprende a ser tú, a no mentir, a vivir todo lo que te venga y a no dar las cosas por sentado. Aprender a entregarte y a no desanimarte con la primera dificultad que encuentres en camino. Acepta de una vez que quien no arriesga no gana, y es verdad. Arriésgate a no lograrlo, arriésgate a perder.

jueves, 24 de noviembre de 2011

La verdad escondida entre cuatro paredes que llaman a voces a la mentira

¿Qué pasa si ya no sé por dónde coger tus historias? Si hace tiempo que la verdad dejó de ser cierta y las mentiras parecen cada vez más sinceras. Me gustan, las mentiras no duelen, no hacen daño, lo recubren todo con una fina capa de sensibilidad, de intentar hacer sentir mejor a los demás. Las verdades duelen, son profundas y sinceras, hieren hasta el fondo, arrancan los mejores recuerdos y se llevan los besos más dulces. Le quitan el sentido a lo vivido y hacen que empieces a dudar de todo lo que hizo tu vida maravillosa. Las verdades... las verdades son cobardes; las mentiras también, pero de otra forma. Mentir es no tener valor para hacer el daño de un tirón, ser demasiado cobarde para robar sonrisas de la cara. La verdad es cobardía, miedo a sentirse culpable si no se dice. La verdad nos quema la boca y si la sueltas es como una llamarada en toda la cara de quien tienes delante, pero ya no te quema a ti. La verdad es el camino fácil y difícil, hacen falta valor y cobardía combinados. Para decir la verdad sin egoísmos, sin segundas intenciones, sin inmutarse, lo que más hace falta es mucho cinismo.

martes, 22 de noviembre de 2011

El rencor solo te hace daño a ti mismo

Me estoy dando cuenta de que mucha gente no gana por placer, por sentirse bien con uno mismo, sino que hay gente que lo da todo para superar a los demás. Ajá, yo te odio (en realidad no odio a nadie), pues ahora voy a ser mejor que tú en todo. ¿Qué lógica tiene eso? A ver, que no digo que la competitividad sea mala, pero algunas personas tienen demasiada. Si te esfuerzas, entiendo que quieras un buen resultado, pero igual la persona que te superó simplemente había trabajado más. Es lo mismo que pasa cuando de repente, le caes bien a alguien y casualmente le empiezas a caer bien a ciertas personas de su alrededor. O cuando ves que alguien tiene algo y automáticamente, aunque antes lo detestaras, te empieza a gustar.
¿Por qué nos gusta más lo ajeno que lo propio? ¿Por qué no vives para ti? Para estar contento contigo, con lo que haces, porque lo haces porque te gusta, porque te obligan o porque te obligas tú mismo, pero nada más, no porque lo hagan otros y quieras hacerlo mejor.
De verdad, jamás podré entender esa manía que mucha gente tiene por ser más que el resto, cuando lo único que están consiguiendo es demostrar que se sienten menos.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Soy las miradas disimuladas que con más descaro echas

Soy esa pequeña sonrisa que te sale sin darte cuenta por los recuerdos, esa melancolía al mirar un atardecer y la ilusión al ver el amanecer. Soy las cosas malas y todas las buenas que vienen detrás. Esa mano que te ayuda cuando te caes, aunque creas que te levantas sin ayuda, también soy yo. Soy la conciencia que te hace sentir mal al mentir en los detalles más insignificantes, los escalofríos que te recorren de arriba a abajo y las ganas de morderte las uñas un día importante. Soy lo que soy, soy las cosas pequeñas que no tienes en cuenta, la que vela por tu seguridad las noches más frías del invierno, la que hace que por casualidad, encuentres rápidamente lo que buscas. Soy la certeza y también soy la duda; soy lo grande, soy lo diminuto. Estoy aquí, a tú lado, y no te das cuenta. En realidad, estoy aquí y estoy allá, estoy intentando dar un poco de mí a todas las personas del mundo... Podría decir que estoy dentro de ti; que yo, soy tú.

martes, 15 de noviembre de 2011

A palabras falsas, oídos sordos


Cambiar forma parte de la vida de todas las personas y si alguien te dice que has cambiado para mal o que no te reconoce, lo único que tienes que decirle es: "antes era yo, ahora soy yo". Porque tarde o temprano esa persona cambiará y tú tampoco la reconocerás, pero habrás aprendido que cambiar es ley de vida y convertirse en una persona diferente es lo que, al fin y al cabo, nos va a pasar a todos. El momento difícil es aquel en el que te das cuenta de que tú eres otra persona, de que has cambiado y de que habías estado tan poco pendiente de ti misma que ni te habías dado cuenta. El momento difícil es aquel en el que te miras al espejo y te preguntas "¿Esta soy yo? ¿Qué me ha pasado? ¿Cuando he dejado de quien como era y me he convertido en lo que soy?". Pero el momento más difícil, más duro, es aquel en el que tus amigos, tu familia, o una sola de las personas que te importan te dicen "No sé qué te ha pasado, has dejado de ser la persona con la que compartía tantas horas y me lo pasaba tan bien, has dejado de ser la persona que me importaba". Eso, eso es lo realmente complicado, haberte mostrado tal y como eres ante alguien y que te rechace por haber hecho algo de lo que ni siquiera eras consciente, por haber cambiado. Al final, la persona que más quieres te está dando la espalda por ser como eres, y eso duele
Pero lo importante, lo que jamás nadie debe olvidar es recordar quiénes somos. Nunca nuestra forma de ser puede estar influida por las opiniones de los demás, porque entonces no seríamos “yo”, sino el producto de lo que el resto quiere que seamos. Y ¿sabes qué? Aunque intentes convertirte en quien los demás quieren, siempre tendrán algo que criticar y algo que echarte en cara. Así que sé tú, sin condiciones ni dudas, porque esa es la única forma de que te quieras; y si no te quieres tú, no te querrá nadie.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Me canso de alimentarme de recuerdos, de las csas que no serán

Recuerdo las cosas que dijimos que haríamos y nunca haremos, los abrazos que no nos daremos y las palabras que ya no nos diremos. Te recuerdo a ti, porque te fuiste y es inevitable no hacerlo. Cada día, al abrir la carpeta y recordar que detrás del horario de clase, por el otro lado de la hoja, imprimí por error una conversación nuestra, al mirar fechas atrás del calendario y tener marcado tu cumpleaños y al irme a dormir y mirar al techo, porque en esa misma cama pasé horas y horas hablando contigo, pensando en ti. Y sé que se acabó y lo tengo asumido y aceptado, pero me sigue doliendo cada vez que me acuerdo de nuestra última conversación "haberlo pensado antes". ¿Tenía que haberlo pensado antes de decir que las cosas estaban cambiando, que no me gustaba echarte de menos, que te quería demasiado? Bueno, igual tenía que haber pensado antes eso de abrirme a alguien, porque eso fue lo que me hizo daño. Y me canso, me canso de recordar y de mirar hacia delante y no ver nada y de darme cuenta de que te olvido y de que cada vez extraño menos que estés cerca y me canso de las sonrisas fingidas, de que me digan "has cambiado, Sara, no sé qué te ha pasado". ¿Qué me ha pasado? Pues que perdí a alguien, no voy a pedirle perdón a nadie por no haber sido alegre cuando le perdí, ni por echarle de menos, ni por los silencios que para mí eran necesarios mientras que para otros eran incómodos. Yo cambié, es cierto, pero era inevitable.
Y los altibajos, las subidas y bajadas que pasamos, ojalá pudiera repetirlas. Si por mi fuera no me bajaría de esa montaña rusa que me volvió loca, pero una loca perdidamente feliz, que cuando tenía la mirada perdida sonreía en vez de estar seria. Y me estoy cansando de imaginar las sonrisas que no tendré y todas las suyas que no veré y las que no provocaré, me estoy cansando de alimentarme de recuerdos, pero más que nada me estoy cansando de pensar en lo que pudo ser y no fue.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Morimos día a día, apuesto a que tu vida terminó ayer

El 11 del 11 del dos mil 11, a las 11 horas y 11 minutos, según los telediarios mucha gente estaba mirando su reloj. ¿Qué estaba haciendo yo? Clase de historia, estudiar la independencia de las colonias españolas en América Latina. Una profesora nos ha estado intentando meter miedo desde hace meses y ha dicho mil veces que se iba a acabar el mundo hoy. Esa profesora casualmente no ha venido, estará aprovechando su "último día de vida". Pero ¿sabéis algo? El lunes se sentirá una estúpida al darse cuenta de que estamos todos vivos, porque hoy va a morir mucha gente, pero el mundo va a seguir girando. Y mañana, también morirá mucha gente, y así día tras día hasta que nos toque a nosotros y ya no podamos seguir viendo pasar las hojas del calendario. Así que me parece una tontería estar poniendo fechas para el fin del mundo. Hemos sobrevivido al paso de milenio, al 6/6/6 y al 11/11/11, también sobreviviremos a diciembre del 2012. Por favor, gente obsesionada con las muertes de millones de personas en masa, algún día "hoy" será la fecha de vuestra muerte, pero ahora mismo, a fecha de hoy, no vais a morir.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El día que aprendas a quererte podrás empezar a querer al mundo

Si algo he aprendido en los últimos tiempos es a madurar. He aprendido que la madurez no tiene nada que ver con la edad, con la cantidad de palos que te dan, ni con las veces que te caes. Se madura por valentía, por vivir cosas buenas y aprender de ellas, por echar de menos, porque sin momentos buenos que recordar no se puede echar de menos. Madurar no es tener la frase perfecta en cada momento, ser más listo o tener más amigos. Madurar no es pasar de los problemas de la vida, vivir en tu mundo y creerte mejor que el resto de la gente. Madurar es algo que simplemente pasa, pero no es llegar a un punto y haber "crecido". Para crecer hace falta ir paso a paso, nadie madura de un día para otro, pero sí se puede sentir más capaz de entender las cosas. Madurar es dar pasitos hacia delante y hacia atrás, coger el camino fácil o el difícil, pero coger uno, y aceptar que cuando el camino tiene curvas, no puedes dar media vuelta y coger otro, que tienes que pasar por todos esos altibajos. Y si no te toca pasar por baches, pues no los pasas, porque ser "maduro" no es haber pasado por todas las cosas malas. Lo que he aprendido, es que no se trata de ser más que los demás, ni de ser menos, que hay que aceptar las consecuencias de tus actos y que a veces, por muchos años que tengas, te vas a seguir comportando como un niño. Porque lo más importante que he aprendido, es que a veces saber ser infantil implica tener una base importante de madurez.

martes, 8 de noviembre de 2011

La vida pasa incluso cuando atrasamos la hora de los relojes

Vale, estaba pensando en el porqué de las cosas, de que algunas igual pasan sin motivo y ahí estoy yo con otras cientos de personas paranoicas intentando buscarle un significado oculto a las cosas más básicas del día a día.
La vida es un suspiro, un soplido fuerte puede hacer que todos los problemas sevayan volando, pero mirar fijamente a un punto no va a hacer que cambie. Aunque sí, ya sé que hay ilusiones ópticas que hacen que lo parezca, pero son eso, ilusiones. Las ilusiones alimentan el espíritu y dan esperanza, pero al final solo sirven para que el palo sea más fuerte y la felicidad que te dieron, te la quitan multiplicada por tres.
Y que es una locura eso del amor, la amistad, la confianza y el dolor, pero las locuras nos hacen sentir vivos y para mí, el maldito sentido de la vida que tanto se busca no está más que en vivir. Así que todas las cosas que pasamos cada instante, incluso las horas en el sofá comiendo palomitas mientras ves una película, eso es el sentido de la vida. Y si te parece una pérdida de tiempo, si crees que a veces no hacer nada no es aprovechar el momento, te estás equivocando por completo.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Que la cabeza te diga lo contrario al corazón y hacerle caso al corazón sintiéndote una estúpida


Cuando quieres a alguien y deja de ser lo que era para ti o se va de tu vida, no le puedes odiar. No puedes querer vengarte, bueno, sí que puedes, pero aunque pudieras no lo harías, porque le quisiste y fue demasiado para ti. He escuchado mil veces eso de "que daño me ha hecho, se va a enterar ahora", bien, no me lo creo. Ese rencor, odio, ganas de venganza, de pegarle, de hacerle pasar lo mismo que tú sufriste... no creo que sean reales, me parece que son puros sentimientos superficiales que uno se auto-obliga a sentir para sentirse superior, para creer que nada ni nadie le puede herir en lo más profundo de su corazón y ponerle toda la vida patas arriba. Porque sí, yo también he pensando "tal persona me ha traicionado, voy a hacer como que no me importa, volveremos a estar igual y cuando menos se lo espere ¡PAM! le pagaré con la misma moneda". Sí, he pensado eso más de una vez (sé que no está bien, pero es inevitable), ¿pero he sido capaz de hacerlo? nunca, jamás. Si alguien me hizo sentir bien en su día, vale, luego me hizo daño, pero todo el bien que me hizo sigue contando, y creo que para todo el mundo pasa eso. Pero a nadie le gusta que sus amigos le vean derrotados y luego no hacer nada. Pensar que esa persona va a pasar lo mismo que nosotros por nuestra culpa (que no gracias a nosotros, porque no es bueno) nos da fuerza, nos hace sentir mejor, pero nos sentimos mejor a causa del futuro dolor imaginado que hacemos a otros. Así que por favor, entiendo el dolor, igual no lo he vivido, no sé lo que se siente, pero puede entender una milésima parte de lo que es, y por pensar que vas a hacer daño no arreglarás nada, porque no eres capaz, casi nadie en el mundo es capaz, no te engañes y sigue adelante con tu dolor sin intentar que quien te lo causó lo sienta.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Soy el tipo de chica que es tan típico, pero tampoco tan inusual

Soy el tipo de chica que hace lo que quiere y cuando quiere sin pensar en las consecuencias. El tipo de chica que no se suele dejarse influenciar por la gente y que tiene una opinión propia. Soy la que sabe cómo actuar dependiendo de la situación y la que tiene una palabra para cada persona que conoce. La que puede llorar y fingir una sonrisa al segundo siguiente sin que nadie se dé cuenta. En realidad, soy la que llora poco, la mayoría de las veces por cosas absurdas, porque las importantes son para pensar, no para llorar. Soy la que hace el doble de grande su sonrisa si le dicen que no es bonita. La que le debe todo lo que tiene a los demás, pero poco a poco va consiguiendo su propia vida y haciendo un camino que le lleve a la mejor o a la peor opción, pero la que ella escoja. Soy la que sabe que equivocarse es ley de vida. La que sabe que si no te rompen el corazón y no te caes las suficientes veces, no vas a madurar jamás. Que hasta que no veas una película y estés más pendiente de las reacciones de los demás que de la película en sí, seguirás siendo pequeña. Que tienes que aprender a quererte, pero no a base de kilos de maquillaje, porque con un trozo de algodón te pueden quitar la belleza. Porque nadie se puede levantar si antes no se ha caído.
Sé que no todos los problemas tienen solución y que algunas soluciones no sirven para ningún problema, que si esperas demasiado, se te pasará el arroz y que hay que ponerle buena cara al mal tiempo, porque hay más meses de frío que de calor. Que me gusta el invierno, pero odio las botas de monte y también el verano, pero sin tanto calor.
Soy la chica que sabe que los polos opuestos no siempre se atraen y dos y dos a veces, puede dar cinco.

Un "te quiero" en una botella al mar

Siempre he querido meter un mensaje en una botella y tirarla al mar. Me gustaría saber si alguien lo recibe o si se hunde en el fondo del pantano de una ciudad pequeña. Me gustaría escribir una declaración secreta de amor, escribir palabra por palabra como me sentía el mejor día de mi vida y poder darle esperanza a aquel que lo reciba. Quizás algún día mi botella le llegue a un náufrago de una isla perdida o la encuentre un niño jugando en la playa con sus padres. Pero lo que de verdad me gustaría es que la botella se quedara en el fondo de un río y que dentro de muchos años, cuando yo ya no esté en el mundo y el caudal del río baje, alguien la encuentre y lea el mensaje. Me gustaría que se sintiera dueño de un tesoro, afortunado por un momento y me gustaría también que escribiera algo y lo metiera dentro junto a mi mensaje secreto. Ojalá algún día, cuando vaya a la playa o esté dando un paseo en barco, tiré la botella y muchos años después, otra persona la encuentre y conteste a su mensaje. Ojalá mi tataratataranieto encuentre la botella y al leer mi carta, pueda sentir que de alguna u otra forma, tenemos algo en común.

martes, 1 de noviembre de 2011

Verdades contadas a la luna, a las estrellas y a la noche que cuando sale el sol no soy capaz de pronunciar

Todo el mundo trataba de animarme diciendo que yo valía más que él, que no me merecía. Y yo asentía y decía que tal vez fuera así, pero en el fondo sabía que era mentira, que lo que a mí me faltaba, a él le sobraba y viceversa, por eso hacíamos tan buen equipo... pero él tenía orgullo por los dos y arrogancia le sobraba, esa fue nuestra perdición. Igual unas semanas más juntos o una conversación profunda habrían bastado para evitar el desastre, esa duda estará para siempre en mi cabeza, junto con una pizca de remordimiento y un hueco, un espacio vacío con su nombre grabado a fuego, por si algún día decide volver a dejarse caer por mi vida. ¿Que no me merecía? Vaya estupidez. A veces pienso que soy yo la que no le merecía a él y eso me hace sentir orgullosa. Entré en su vida como un pequeño huracán, me llevé un poco de su paz, le hice ponerse de los nervios y dejé una pequeña huella que quizás para Año Nuevo ya no esté ahí. Pero ¿ves ese corazón tan noble dentro de su pecho? Un día estuve ahí dentro. Cuando me quisieron echar me aferré con todas mis fuerzas, pero se volvió en mi contra y le perdí... Pero dejé paso a otras personas, gente que le hará daño, que le dejará tirado y que le traicionará... gente que al igual que yo, no le merece, gente que no sabrá valorar todo lo bueno que tiene dentro. Así que la próxima vez que alguien me diga "Sonríe, Sarita, nadie merece tanto la pena como para que tengas la mente volando cerca de él y el cuerpo cansado aquí", pensaré "Él sí". Y que a pesar de que yo no le merezca, seguiré sacando una sonrisa gracias a él y a los recuerdos increíbles que tengo gracias a momentos aún mejores a su lado.

lunes, 31 de octubre de 2011

La más falsa de las sonrisas, por ti, mi más querido amigo

Odio Halloween. Odio a los niños que llaman a las puertas, porque siempre llaman cuando estoy viendo una película y claro, no les abro la puerta. Y como no quiero que sepan que hay alguien dentro de la casa, porque si no siguen insistiendo, tengo que bajar el volumen de la tele y no sé por qué motivo siempre llegan en los mejores momentos de las películas y me quedo sin saber lo que pasa. ¿He dicho que odio Halloween? Pues rectifico, odio a los niños que celebran Halloween.

domingo, 30 de octubre de 2011

Vamos a hacernos los valientes, a salir a la cornisa de los edificios y bailar como si no hubiera mañana

¿Sabes lo que se siente justo en el momento en el que un escalofrío recorre todo tu cuerpo? ¿Cuando las lágrimas quieren salir, pero tú luchas para que se queden dentro y sigan manteniendo la imagen de chica perfecta con vida perfecta? ¿Lo que se siente cuando el frío no solo inunda tu cuerpo, si no también tu alma y tu vida? ¿Cuando echas de menos a alguien a quien no deberías extrañar? Cuando la primera lágrima cae por la mejilla izquierda y entonces ya no hay vuelta atrás, cuando tu perfecto mundo se ha derrumbado. Todo se termina en ese preciso momento en el que te das cuenta de lo que perdiste.

Hola mundo, no estoy sola, pero me siento sola. Los abrazos de mis amigos ya no me sirven, las sonrisas no se contagian y las palabras amables parecen ir siempre en contra mía. Sé que están ahí, sé que los tengo 24 horas para lo que necesite, sé que me ayudarán siempre que lo pida y cuando no lo pida también, pero eso no impide que me sienta completamente alejada del mundo.

Miro por la ventana y ¡oh, sorpresa! el cielo está gris. Me gustaría saber cuántas personas en este momento están igual que yo en cualquier parte del mundo ¿se cuentan con los dedos de una mano? ¿O a decenas? Ahora no necesito pañuelos, no tengo que inventar una excusa para mirar al suelo constantemente, estoy sola. Si alguien abre la puerta, pues me limpio la cara con la manga de la chaqueta, pongo  mi mejor sonrisa fingida (que es mejor aún que la real) y adiós problemas. ¿Quién se va a dar cuenta? Nadie. Podría ser actriz (no, no podría)... al fin y al cabo todos los momentos malos de mi vida los he pasado encerrada entre cuatro paredes y sonriendo a la compañía, nadie se dio cuenta jamás de nada.

Total ¿qué iba a decirles? "¡Mamá,  me rompieron el corazón!", "Tranquila hija, hay mil chicos mejores, además, estaba claro que no duraríais demasiado)" (gracias por ser tan considerada). "¡Amiga, se me murió el pez!", "¿Te compro otro?" (Claro, como son todos iguales, qué más da, ¿no?). ¿Qué sabréis vosotros de mi sufrimiento? Absolutamente nada, podéis haber sido las personas más desgraciadas, pero sabéis de vuestro dolor, el mío solamente lo siento yo, así que dejar de intentar comprenderme.

Soy una egoísta (¡sí!), una egocéntrica (¡también!), una desconsiderada (¡sobre todo!), pero una persona que oculta su dolor, eso soy ante todas las cosas. No necesito hombros para llorar ni nadie que me seque las lágrimas, tengo manos y un peluche con el que infantilmente paso mis malos momentos, además, las canciones tristes que llenan mi mp4 ayudan bastante a animarme.

Así que, gracias mundo, por hacerme tan autosuficiente cuando estoy mal, porque no hay peor castigo que el hecho de que la gente más quiero me vea destruida.

sábado, 29 de octubre de 2011

Yo también intenté escupir odio, venganza, pero sólo dije palabras que no sentía y que solamente me hacían daño a mí

En realidad, tengo un poco de miedo. Porque he oído mil veces eso de que por mucho que uno se esfuerce, por muchas ganas que le ponga, nunca se vuelve a sentir lo mismo. Y yo tengo demasiado cerca, todavía demasiado dentro un sentimiento que poco a poco se está desvaneciendo, pero todavía está demasiado presente en mí como para no asustarme la posibilidad de no volver a sentir nunca algo parecido. Algo parecido implica algo mejor, implica no sentirme nunca como lo hacía antes y entonces me pregunto ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿Qué estoy haciendo intentando arreglar las cosas si no voy a sentir jamás lo mismo?
Supongo que tengo la esperanza de que todo vuelva a ser como antes, de tener ese maldito sentimiento que hacía que mi corazón acelerara... Pero es una locura, nadie puede ir a 200 km/h y que no le pase nada, nadie puede coger la vida como si fuera una última carrera, el sprint final y no llegar agotado a la meta. Te desgastas, dejas parte de tu potencial por el camino y pierdes todas las fuerzas. Me parece que eso es querer a alguien: ir a correr a la pista de atletismo y ver como todos van llegando, se sientan, beben agua y se relajan... Cuando llega el momento, cuando están más tranquilos, se levantan y siguen, se van a hacer lo que tienen que hacer; pero reconozcámoslo, correr hasta perder el sentido, dando todo lo que puedes para ser más rápido, agota, y no sólo por un día, no llegas a casa, duermes 7 horas y te levantas como nuevo. Para recuperarse hace falta tiempo, hace falta tomárselo con calma y sobre todo, no correr mientras tanto.
En realidad, correr es dejar atrás las puertas cerradas, lanzarte sobre ellas y estallarlas, saltar tan alto como puedas imaginar, mirar a lo lejos y ver todo lo que has recorrido... es dejar los miedos atrás. Esos miedos que nacen de la inexperiencia, o de la experiencia ajena. Esos que no nos dejan experimentar nuestros propios errores, que hacen que ya vayamos prevenidos y con miedo, que pisemos dos veces para asegurarnos de que el suelo es firme y que nos pellizquemos para comprobar que no estamos soñando. Esos miedos que nos llenan, nos inundan y a veces, incluso hablan por nuestra boca y nos dominan.

jueves, 27 de octubre de 2011

Es difícil sacar lo que tienes muy adentro

Ya está, me harté de estar fingiendo. Antes era tan fácil estar feliz, una mirada, una sonrisa, la más simple de las palabras que él me dirigiera y yo era feliz. Sé que no está bien, que siempre me dijeron "no necesitas a nadie para estar contenta", que la felicidad de uno no debe depender de nadie más que de sí mismo... que todo eso lo sé y lo he escuchado millones de veces, pero que no es tan sencillo.
Y joder, no puedo decir que sea infeliz, pero tampoco estoy para dar saltos de alegría. Y me paso el puto día, de la mañana a la noche sonriendo sin querer hacerlo y a pesar de no verle el sentido, mañana lo seguiré haciendo. Al menos antes tenía una motivación para hacer las cosas... "venga, estudia estas dos páginas más e intentas hablar con él", ahora es "estudia estas dos páginas más y sólo te quedaran otras tres para ir a ver la tele". ¡Encima es que no sigo ningún programa de las noches! No me gustan las series que echan ahora, solamente veo algunas de policías tipo CSI de vez en cuando, la televisión tiene una programación cada vez más basura. Incluso a veces veo Saber y Ganar y me parece que lo mejor del programa es cuando el presentador pone voz sexy intentando imitar acento argentino (que lo hace bastante bien, cierto es), pero ese concurso no me gusta demasiado porque nunca aciertos las respuestas.
Pero no estaba hablando de eso, es que ni siquiera sé cuáles son las palabras que explican cómo me siento y lo peor es pensar que antes de mí muchas personas vivieron desilusiones, es decir, que soy una más que se ha desilusionado. Pero se fue, joder ¿por qué se tuvo que ir? ¿Por qué tuvo que terminar? Siempre y nunca nunca son para siempre. ¿Eso significa que el "nunca volver a estar juntos" implica que ese nunca no es para siempre? ¡Joder, joder y joder! Me jode no encontrar las putas palabras para expresar un sentimiento, porque está aquí, está dentro de mí y sé exactamente cómo es. Me gustaría que toda la gente que dice "bah, ya se te pasará" pudiera entender que sí, que se pasará, pero que todavía está conmigo.
Igual que él está en mi mente tantas veces al día, el dichoso sentimiento me acompaña 24 horas diarias, incluso mientras duermo, al despertar, al hacer un examen, al ducharme, al atarme los cordones de las zapatillas... que es algo que está conmigo siempre y que por mucho que "se vaya a ir", aún no se ha ido.
Es igual que cuando él estaba conmigo, sabía que se iba a ir, que todo termina, pero no se había ido, estaba a mi lado y era lo único que sentía, lo único que de verdad provocaba casi todo lo que hacía. Pues este sentimiento es igual, exactamente igual. Así que sí, supongo que al final el amor es igual que el dolor.

lunes, 24 de octubre de 2011

Quiero saber que ahora no estoy cometiendo ningún error, que mañana no tendré nada malo que recordar

¿Pasamos demasiado tiempo de nuestra vida viajando? Al pasado, al futuro... es tan difícil quedarse aquí, en el presente, en el ahora. Quizás si no estuviéramos tan empeñados en arreglar los errores del pasado y en intentar que no sucedan en el futuro, no lo cometeríamos más en el presente. Quizás sea de locos pensar que viviendo el presente todo nos iría mejor, porque dejaríamos de lado al resto para centrarnos sólo en lo que queremos. Porque si sólo tuviéramos el ahora para vivir, si no hubiera nada más que el presente, probablemente seríamos demasiado egoístas, nos preocuparíamos sólo en aprovechar nuestro pequeño, importante y tal vez último instante de vida. Viviríamos intentando absorber cada milésima parte de la vida, intentaríamos beber las horas, comernos los minutos y tragarnos los segundo. Esa sería la filosofía de vida: aprovecha el ahora, porque no hay nada más. Pero quizás, y vuelvo a decir solamente quizás, las cosas no nos irían tan mal si no pensáramos en el pasado ni en el futuro. Ya ves, esos errores que cometí ayer serían cosa del pasado y no importarían, porque vivo pensando en el presente. ¿Y si lo que hago lo estropea todo? ¡Qué importa! Mientras no estropee el ahora... lo demás me da igual. Que se joda el futuro, el qué dirán, el qué dirás, que se joda todo lo que está por venir, porque lo único que me importa es el instante que está pasando ahora mismo ante mí. ¿Sabes lo que haría si no me importara el pasado, ni el futuro? ¿Sabes lo que haría si sólo tuviera en la mente el presente?  Diría todo lo que me queda por decir, le gritaría las verdades al cielo, no escondería nada de lo que tengo dentro. Porque si sólo vivo el presente, entonces no hay futuro, y si no hay futuro ¿cuándo voy a decir todo lo que tengo que decir si no es ahora? Sin pasado no habría arrepentimientos, sin futuro no habría miedo, con el presente sólo habría verdades, verdades directas, sin dolor, sin temor, sin nada que ocultar. Por eso, como ya he dicho, prefiero vivir sin pensar en otra cosa que no sea el presente, igual no siempre lo consigo... pero desde luego, cuando termine de escribir esta frase, lo haré... porque merece la pena intentarlo.

Dos antónimos que quieren decir lo mismo, dos sinónimos que se contradicen... ¿es posible?

Me he dado cuenta de que cuando algo te gusta mucho, significa que "te vuelve loco". ¿Entonces cuando una persona te vuelve loca, en el sentido de que te pone nerviosa, te va a terminar gustando mucho? Porque del amor al odio hay un paso, pero del odio al amor también. Sé que es una tontería, pero no sería la primera vez que no soportas a alguien y termina siendo uno de tus mejores amigos. Es que si no no entiendo el significado de que algo te vuelva loco, puede ser que te estresa o puede ser que te encanta. Entonces lo que te estresa/pone nerviosa/altera/vuelve loca, te encanta.
Es como eso de que nos atrae lo prohibido, de que a muchas chicas les gustan los tipos duros, los insensibles, los que hacen daño. Igual les gusta vuelve locas lo que les da dolor de cabeza vuelve locas. Igual es por eso, igual el lenguaje no es tan ambiguo, igual decir dos cosas aparentemente contradictorias quiere decir al final lo mismo. O igual no, igual es una casualidad, igual sólo yo lo veo así, no lo sé, pero es una casualidad que ha hecho que me vuelva loca por un momento, y eso me encanta.

martes, 18 de octubre de 2011

El principio de fin y el fin del final, pero también el comienzo de un nuevo principio

Vamos a intercambiarnos los papeles ¿vale? Sólo por un momento, sólo en mi imaginación.
Ahora renunciarás al orgullo, tendrás que buscar soluciones a los problemas que estén en mi imaginación nada más, tendrás que aguantar mis enfados por cosas que no son culpa tuya, tendrás que ver como te hago caso sólo cuando me apetece, vas a tener que esperar y esperar, ahora tendrás que preocuparte por mí y ver cómo no me importa lo más mínimo, tendrás que aguantar mis malas palabras, todos mis malos días y creerme cuando te diga un (¿falso?) "lo siento", tú y sólo tú vas a ser el responsable de todo lo malo y sólo tú vas a pasarte las noches pensando en cada palabra que te diga... ahora sólo tú serás un idiota por hacer lo que haces, ¿y yo?
Yo ahora voy a ocupar tu papel, ¿vale? Voy a ser la orgullosa, la que si no le presionan mucho no dice nada, pero tampoco lo dice si le molestan demasiado, voy a ser la que está siempre ocupada, la que te pone en último lugar, la que no muestra interés por nada que no sea mío, la que se olvida de todo lo tuyo, la que se calla las cosas importantes, la que contesta mal, la borde, la que paga sus problemas con el mundo, no, contigo, la que pone malas caras, la que se olvida de ti por momentos...
¡Mejor! Voy a ser la que se olvida de ti por momentos SIEMPRE, sí, esa voy a ser. Hagamos un trato ¿quieres? Desde mañana, puedes seguir siendo el de antes, y yo seré la que te olvida. Igual me cuesta un poco, igual te molesto a veces, igual dudo de que sea la elección correcta, igual lo paso mal, igual sigo pensando en ti, igual me arrepiento, igual tengo ganas de hablar contigo, pero te prometo que desde mañana no te enterarás de nada de eso porque es mi decisión. volverás a ocupar tu lugar despreocupado, así que ni te darás cuenta, pero hoy no, hoy voy a ser , lo de olvidarte empieza mañana.

domingo, 16 de octubre de 2011

- ¿Eres capaz de hacerlo? + Siempre que no te quedes mirando, seré valiente y lo haré.... pero sólo por esta vez, sólo por ti

Seamos valientes. Ayer vi un acto de valentía increíble que me hizo darme cuenta de que no soy tan valiente como a veces (normalmente) finjo/aparento ser. En fin, voy por el mundo como si en el caso de que un día se presentara ante mí una oportunidad única me lanzaría a por ella, pero la verdad es que tendría miedo de no alcanzarla y no me arriesgaría.
Y me da rabia, joder, me da rabia no lanzarme al vacío y "que sea lo que tenga que ser". Me jode ser precavida y tenerle más aprecio al miedo que a la valentía, porque me importa lo que puedo perder; no estoy dispuesta a correr el riesgo. ¿Qué tiene de malo? No lo sé, ¿todo? ¿Qué tiene de malo que no quiera perder las pequeñeces que tengo? ¿Qué tiene de malo que me conforme con eso aunque quizás pudiera tener más?
Supongo que me intento convencer de que ser cobarde es bueno, pero no, ser cobarde es bueno solamente algunas veces, pero SIEMPRE es el camino fácil. Por eso estoy ahí, por eso soy cobarde, porque siempre elijo el camino fácil. Yo no lucho, yo no me arriesgo, no me tiro de un séptimo piso para probar si puedo volar, no desafío a nadie, me camuflo entre la multitud y sigo con mi vida. Mi vida de cobarde sí, pero la vida que he elegido tener al fin y al cabo.
Porque seré cobarde (que lo soy) pero hay momentos del día en los que decido salir de ahí y no ser "la tímida y callada que no se juega nada". ¿He dicho que soy cobarde? Lo soy, pero también soy valiente. Quizás menos, quizás más... según el día. Soy cobarde a tiempo parcial y el resto del día me dedico a vivir en mi pequeño gran mundo de valentía, con sus ventajas e inconvenientes.

jueves, 13 de octubre de 2011

La maldita indecisión que me ha caracterizado siempre sigue demasiado presente

He estado pensando en que últimamente no tengo tiempo para (casi) nada. Igual ahí está la clave de que esté empezando a olvidar ciertas cosas, personas, momentos, palabras y conversaciones. En realidad, creo que lo hago a propósito. Estoy convirtiendo mi vida en un caos, básicamente mi vida se resume en ir de aquí para allá sin parar más que para dormir.
No sé si eso es recomendable o si es bueno, pero estoy segura de que aunque me agote, en el fondo me hace bien. Me hace bien estar tan ocupada intentando hacerlo todo que no tengo tiempo de "hacer nada" y pensar.
Llego a clase y "¡dios mío, esto es  muy difícil! voy a atender", llego a casa y "voy a comer rápido y así veo un rato la tele", veo la tele y "voy a hacer deberes", no termino de hacer deberes y "voy a ir a tal sitio", llego de tal sitio y "voy a terminar los deberes y cenar", ceno y "ahora tengo que estudiar, mañana hay examen de esta asignatura", termino de estudiar (en realidad no termino, porque últimamente estudio demasiado poco), es tarde, mejor me voy a dormir ya. Llevo así desde mediados de septiembre y realmente no sé cuánto tiempo voy a poder aguantar este ritmo. Es cierto, he dicho que me hacía bien, pero también me hace mal parar solamente un ratito después de comer y el resto del día estar de un lado a otro.
Supongo que en un  momento mi vida se puso patas arriba y ahora estoy intentando volver a la normalidad de antes. Pero supongo también que si van a tener que pasar todas estas cosas para que todo vuelva a ser como antes, entonces va a costar y no sé si realmente soy capaz de hacer tanto esfuerzo por volver a una rutina de la que yo misma quería salir. No lo entiendo, cuando estás en la rutina, en el círculo aburrido, quieres salir de él; pero cuando sales y te das cuenta de que fuera las cosas no son mucho mejores, haces todo lo posible por volver a la rutina...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Me gustan los problemas sin fin que al final SIEMPRE tienen solución

Me gusta mi vida. Quiero decir, me paso la mitad del día quejándome y no sé por qué lo hago. Me quejo por pequeñeces, por tonterías, por cosas que no valen la pena y a veces parece que me quejo tanto porque no me gusta mi vida. Pero no es así, me encanta mi vida, me encanta levantarme pronto y aprovechar el día, aunque me queje todo el tiempo de que tengo que madrugar; me gusta ir a clase, aprender cosas, odiar asignaturas y desesperarme cuando algo no me sale, me gusta aunque no pare de quejarme de que no soporto ir a las clases; me gusta ir en autobús y caminar despacio, aunque siempre diga "que mierda, ahora tengo que coger el autobús" o "joder, camina más rápido que no aguanto este paso tan lento"; me gustan los pequeños detalles, me gusta cruzarme con alguien por calle y sonreírle, me gusta que me digan verdades que duelen. ¿Es que hay algo que no me guste? Claro que sí, pero son detalles. Sólo tenía que escribirlo, dejar claro en algún sitio que aunque sea una quejica 24 horas al día, realmente no tengo motivos importantes para quejarme, porque me gusta lo que vivo.

martes, 11 de octubre de 2011

Esas personas que se marchan voluntariamente de tu vida y sólo quieres gritar "¡QUÉDATE, NO TE VAYAS!" pero no dices nada y te quedas viendo cómo se distancian.

¿Nunca has tenido la sensación de que no puedes hacer más? De que por más explicaciones que des, más alto que hables o más gesticules cuando alguien no te cree, no te cree. Sentir la impotencia de saber que dices la verdad, pero que no quieren creerte... es una sensación extraña.
Cuando te encuentras con alguien que hace tiempo que no veías y entonces sonríes y le saludas, intentas tener una conversación decente, que te cuente cosas sobre su vida, encontrar una forma disimulada de averiguar algo para volver a verle. Pero sólo te encuentras con respuestas vacías, con silencios incómodos y te desesperas, te vuelves a sentir impotente. Porque joder, ¡te echo de menos! ¿Por qué no te das cuenta? Quiero que vuelvas a formar parte de mi vida, que vuelves a ser esa parte TAN importante que eras hace no tanto. El momento en el que te das cuenta de que un buen amigo ya no es más que un simple conocido (incluso DESconocido)... y lo intentas, y lo vuelves a intentar, y no sabes qué hacer porque has sacado tu mejor as de la manga para no perderle, pero no ha servido de nada. Y te jode, y me jode, y nos vuelve a joder ese momento en el que algo dentro de ti hace "click" y te das cuenta de que le has perdido para siempre, de que por mucho que intentes recuperar el contacto, la confianza, la amistad... ya no hay nada que hacer. Porque cuando un corazón muere,  no se puede resucitar; pero aunque tú seas sólo indiferencia, yo te sigo echando de menos.

domingo, 9 de octubre de 2011

Es mejor correr detrás de la vida, intentar alcanzarla con ganas antes que ver como se marcha y dejar que se apague

Nos dedicamos a vivir, a tener una vida de lo más monótona y simple. Pero de vez en cuando, cada un cierto tiempo, la vida nos da una patada, un empujón que hace que salgamos de esa rutina. Nos lo pone todo patas arriba para que nos demos cuenta de que seguimos ahí, de que seguimos viviendo y de que no podemos estancarnos. Lo podéis llamar destino, Dios, karma, mano invisible o como queráis, pero hay algo que después de mucho tiempo dejando pasar los días, hace que nos demos cuenta de que realmente están pasando por delante nuestro y no los vemos. A veces es la amistad, a veces es perder a alguien, otras veces el amor, incluso la tontería más absurda que te dice alguien que no conoces por la calle. Pero yo sé que ese "algo" está ahí y que a veces nos hace daño, nos aprieta el corazón y nos encoje el alma; y otras veces simplemente nos saca una sonrisa... cada vez de una forma, pero nos ayuda a darnos cuenta de lo que realmente es seguir viviendo y de que vale la pena intentarlo con todas nuestras fuerzas.

sábado, 8 de octubre de 2011

Me repito, pero es que va pasando el tiempo y algunas cosas deberían cambiar y permanecen

Lo he vuelto a hacer. Ya lo escribí hace un montón de tiempo, sabía que pasaría... pero ahora ya ha pasado. Y sigue jodiéndome aunque lo supiera, aunque intentara prepararme, porque soy así y creo que a todo el mundo le duele ver como alguien se va alejando poco a poco sin poder hacer nada y cuando te quieres dar cuenta ya está tan lejos que por mucho que le llames no te oye.
Sabía que pasaría porque tengo esa manía de alejar de mí a toda la gente que me importa. Cuando alguien me da igual, soy amble y simpática y le trato bien y todo va genial. Pero cuando alguien me importa me vuelvo borde, callada, fría y un pelín controladora también. Es por eso que tengo tan pocos amigos de los de verdad, porque son los que han aguantado mis momentos malos hasta que se me pasa toda esa fase de histeria. Pero como casi nadie me aguanta hasta que se pasa... porque se me pasa, ¿eh? Obviamente no me porto toda la vida como una cría insoportable con la gente que me importa, si no estaría más sola que la una, pero se me tarda un poquito en pasar, hasta darme cuenta si esa persona merece de verdad la pena.
Y es cierto, algunas personas valen la pena, pero no me aguantan; y otras me soportan con los días malos y son una pesadilla. Es por ese motivo por el que intento ser buena persona con mis amigos y fallarles lo menos posible (pero les fallo y me porto mal y lo seguiré haciendo inconscientemente de vez en cuando sin darme cuenta en ese momento) porque sé que son personas con las que de verdad merece la pena pasar el tiempo. Por eso, aunque sea una tontería para mucha gente, me importa tener una faceta que ni yo mismo aguanto, porque por mi propia culpa he perdido a demasiada gente... y no sé como mejorar, no sé que hacer para cambiar y ser un poquito menos mi yo controlador cuando sólo debería seguir siendo "la de siempre", la del principio y la del final.

jueves, 6 de octubre de 2011

Cállate y sigue andando, porque nadie te escucha, nadie te espera ni te persigue

No sé a dónde, ni sé cuándo, pero sé que algún iré a un lugar tan lejano que echaré de menos cada pequeño detalle de mi vida actual. Echaré de menos a esa chica tan falsa que ahora mismo no soporto, echaré de menos las noches en que no puedo dormir y las mañanas en las que me muero de sueño. Echaré de menos a todos esos amigos que hice el primer día de colegio cuando tenía 3 años.
Esa es otra cosa, cuando estaba en secundaria todos los profesores decían que echaríamos de menos esa época y todos decíamos que no... estábamos locos por crecer. Ahora puedo decir que sí, que he crecido un poco y no quiero hacerlo más, que quiero volver a primaria, a tener diez años... ahora echo de menos a esos profesores con los que pasábamos tan pocas horas y nos parecían muchas...
Cuando éramos pequeños y nos ponían un vídeo en el colegio nos hacían las personas más felices del planeta; ahora nos ponen un documental y nos aburre, una película y si no nos gusta hablamos con el compañero del al lado. Cuando éramos pequeños nos encantaba jugar, hacíamos amigos a todas horas y tenían que pelear para mandarnos a dormir porque queríamos estar con nuestros padres 24h al día; ahora nos gusta salir, vamos con nuestro grupo de amigos y si alguien se junta le miramos con mala cara... ya no nos gusta que nos vean en compañía de nuestros padres, ahora peleamos por la hora de llegar a casa por las noches y si nos quedamos en casa es para ver la tele sin intercambiar palabra o para engancharnos al ordenador. Antes nos gustaba abrazar, lo hacíamos con todo el mundo y un beso era lo que más nos costaba dar... ahora lo raro es abrazar a alguien sin motivo y que no te mire como si estuvieras loco, ahora los besos siguen teniendo valor, pero ya no son tan escasos... ahora queremos repartirlos entre personas bien elegidas.
No sé, supongo que madurar es volvernos unos gilipollas que desprecian lo que tienen y no saben lo que hacer con su vida, madurar es tirar lo que tienes por la ventana y tardar años en darte cuenta de que te comportas como un crío de mierda. Supongo que yo no he madurado, porque no he hecho la mitad de las cosas que he escrito, supongo que me queda demasiado por vivir como para poder decir que sé algo de la vida...

miércoles, 5 de octubre de 2011

Esto sólo merece un título: DECEPCIÓN

Decepción. Unas ganas tremendas de mandarlo todo a la mierda. Más decepción. Esa angustia que se mete en la tripa y te revuelve todo por dentro, como cuando hay exámenes finales. Y más decepción aún. Intentar darle vueltas a la cabeza sabiendo que no vas a sacar nada en claro, pero no poder por tener la cabeza repleta de mil cosas más. Ya no hay más decepción, ya no sé sentir más decepción de la que tú has hecho que sienta. Mentiras, promesas que no se cumplen, palabras que se lleva el viento. Y todavía hay espacio para un poco de decepción más cuando creía que era imposible. Ganas de mandarte a ti a la mierda, ganas de romper los libros. Estar harta de que las cosas no me entren en la cabeza, de ser la chica que cuenta demasiadas cosas, la que no tiene sentido común. Cansada de oír ciertas verdaderas que sólo son verdades a medias, cansada de estar bien y joderme a mí misma pensando demasiado bien de la gente. Sin ganas de seguir intentando cosas imposibles, sin ganas ni siquiera de rendirme, sólo ganas de dejar que pase lo que tenga que pasar, que el mundo siga adelante y todo pase por encima mío... ganas de que las cosas fluyan y sea lo que tenga que ser. La decepción sigue siendo lo principal ahora mismo. Darme cuenta de que cuando estoy bien me muero por hablar contigo y de que cuando hablo contigo, dejo de estar bien. Darme cuenta de que por ti siento decepción, darme cuenta de que tú eres el que me decepciona.

Con sinceridad, ya no sé que pensar de la mayoría de las cosas/personas que hay en mi vida

Últimamente escribo "cosas" totalmente vacías de sentimiento, lo sé, pero es que mi corazón ya no da para más; ahora estoy en proceso de volver a hacerme un poco insensible porque me he cansado de tanto sentimentalismo dentro de mí misma.

Cuando dos personas comparten un sueño, comparten más de lo que creen, comparten una ilusión

Tengo una obsesión. Sí, desde hace años una amiga y yo hemos imaginado mil veces el mismo viaje. ¿A dónde? A Argentina (no había un sitio que estuviera más lejos, no). Bueno, no sé por qué un día una de las dos dijo que le encantaría ir a Argetina y la otra dijo que a ella también... así que desde entonces ese es nuestro sueño frustrado. La verdad, es una tontería, pero lo escribo aquí porque no sé qué esperamos encontrarnos allí. Que sí, que la gente habla con un acento que a ambas nos encanta, que es otro continente y que el tópico de "los argentinos" también llega hasta aquí. Pero aparte de eso, no tengo ni idea de por qué más queremos ir, porque no es una ciudad, una zona, no, es Argentina en general.
Quiero decir que es un sueño, es algo que queremos hacer juntas y que probablemente nunca cumpliremos, pero me da igual. Me da igual porque gracias a nuestro viaje soñado hemos pasado ratos buenísimos, de esos que estando de vacaciones la llamas para decir que en la playa a la que vas el socorrista es argentino, y la otra se muere de envidia, da igual que sea bajo, alto, guapo, feo, simpático o borde, pero es argentino y es lo importante; de esos que nuestros padres preguntan a dónde queremos ir de vacaciones y en casas separadas y sin premeditación, por casualidad (¿casualidad?) las dos contestamos Argentina... y las dos obtenemos la misma respuesta (NO); de esos que hablan de Sudamérica en clase y nos echamos la típica mirada de "Argentina". Porque sí, hay típica mirada de Argentina, que es igual que las demás, pero nosotras nos entendemos. Porque sí y ya está, porque aunque no vayamos nunca a Argentina (me estoy cansando de escribir tantas veces Argentina), hemos tenido un sueño y aunque sepamos que es prácticamente imposible, lo tenemos y seguimos siendo felices al imaginarnos allí. Porque somos amigas y al igual que compartimos secretos, también tenemos un sueño juntas... y si no vamos, entonces también tendremos una desilusión juntas; pero sé que aunque perdamos el contacto (espero que no), si algún día alguien habla del ya mil veces nombrado país, nos acordaremos de la otra.

martes, 4 de octubre de 2011

Tendrás muchas oportunidades en la vida: algunas las rechazarás, pero te arrepentirás de ello y otras las aceptarás, pero te darás cuenta de que no era la decisión adecuada. Lo que está claro es que sólo tú podrás decidir que hacer con ellas

¿Sabes lo que más me dolió? Que en el fondo sabía que iba a pasar, deseaba que no fuera así, pero sabía que lo ibas a olvidar... y creía que estaba preparada para afrontarlo, pero cuando llegó el momento y lo olvidaste, me dolió. Pero me duele más no haber sido capaz de prepararme, que una parte de mí tuviera la esperanza de que las cosas fueran diferentes. Me duele más que nada haber creído que podría pasar por encima de todo sin siquiera inmutarme, sin que nada me afectara... me duele que no haya sido así, me duele haber dejado de ser "la señorita precavida" para ser "la señorita arriesgada". Porque el riesgo me hizo débil y la debilidad me hizo daño. Después de todo ser la señorita precavida y prudente no estaba tan mal... al menos me ponía en lo peor y nadie me defraudaba de corazón.
¿Sabes otra cosa? No quiero oír más veces eso de "año nuevo, vida nueva", lo único que quiero es poder cumplir "día nuevo, vida nueva". Sí, mi nuevo objetivo de hoy, que probablemente mañana no tenga y nunca cumpla: dejar de pensar tanto las cosas, simplemente hacerlas. Porque me he dado cuenta de que es una tontería esperar a que pase el tren, que sólo deberías cogerlo si te lo cruzas por casualidad; pero es una tontería mucho más grande quedarte esperando al tren cuando ya se ha marchado, porque sabes que se ha marchado y autoconvencerte de que volverá a pasar es la mayor pérdida de tiempo.

Crecer, tener más responsabilidad y empezar a decir "estos niños de hoy en día... yo con su edad no tenía móvil, ni redes sociales, jugábamos con barbies y éramos más felices"

Seguro que has oído hablar de la crisis de los cincuenta, de los cuarenta, de los treinta, ¿de los veinte? No sé si existe la crisis de los veinte. Pero estoy segura de que algo mucho menos común es la crisis de los 15. Yo la pasé, sí, y me acuerdo perfectamente (tampoco fue hace tanto).
Voy a ir un poco atrás en el tiempo... Cuando tenía 13 años, una amiga mayor que yo me dijo que los catorce serían la peor época de mi vida. La verdad es que no me lo creí demasiado y cuando los cumplí y empezaron a pasar los meses pensé que mi amiga estaba loca, que la mejor edad del mundo eran los catorce años. Pero claro, como no, todo se acaba, y volvió a ser mi cumpleaños. ¡Dios, iba a cumplir 15 años! Me estaba haciendo vieja, no quería cumplirlos, por primera vez en mi vida miraba el reloj deseando que no pasara el tiempo, que no llegara el día de mi cumpleaños (sí, era un poco dramática)... pero llegó. Estuve de mal humor todo el día, y el anterior, y el siguiente, pero sólo cuando no había nadie, sólo estaba mal para mí, al resto del mundo le sonreía al decir que era mi cumple y me hacía la feliz de tener un año más. Pero lo pasé mal, me sentí demasiado mayor, ya no quería cumplir más... y lo peor fue cuando me encontré una cana. UNA CANA, SÍ, CON QUINCE AÑOS. Me salió un pelo blanco en la ceja... de verdad, nunca he tenido unos días peores que aquellos. Por suerte, sigo con mi pelo castaño y nunca más me apareció un pelo blanco, pero de verdad... lo pasé realmente mal y me di cuenta de que seguir creciendo sería una mierda.
Por eso, desde que cumplí los quince, ya no me gusta soplar velas ni que me canten el cumpleaños feliz (mentira me gusta que lo hagan, pero me gustaría no tener más años). Lo que quiero decir, es que si pudiera volver a cuando tenía doce años y quería ser mayor, me echaría una buena bronca y disfrutaría del momento.
La infancia está para ser niña, la adolescencia para ser adolescente y la madurez para ser maduro. Probablemente, todos los adolescentes añoran ser niños, y todos los adultos añoran ser adolescentes, igual que todos los ancianos desean ser adultos. Pero la vida sigue y creo que es ley de vida echar de menos el pasado y pensar que la época pasada es mejor que la vivimos... no, lo mejor no lo hemos vivido y está aún por venir.

lunes, 3 de octubre de 2011

Que el primer pensamiento que cruce tu mente al despertar te haga sonreír y te entres ganas de empezar el día por muy largo que sea

Todos admiramos un poco a esas personas que nos dan o nos dieron la vida. No sólo hablo de los padres, si no también de esas personas que nos hacen sonreír con tonterías día a día, que nos pellizcan cuando estamos soñando demasiado y que nos abrazan cada solitario 14 de febrero. Amigos, incluso a veces simples conocidos, que en algún momento nos dieron una pequeña parte de su vida, porque nosotros la necesitábamos más que nadie entonces. Igual ya  no están, igual están de viaje, igual nunca volverán, igual están aquí ahora, o igual desearían estarlo aunque no lo sepamos. Esa ex-amiga a la que es mejor no ponerle adjetivos, que te falló y te hizo daño, pero que también te saco sonrisas entre clase y clase. Ese chico que querías y ahora detestas (o quieres hacerlo) que también te hizo daño, bastante, quizás demasiado, pero que en algún momento hizo latir tu corazón más rápido que la velocidad de la luz. No sé... esa gente que nos abandonó y nos hizo sufrir, porque a ellos también les debemos una pequeña parte de vida si en algún momento hicieron algo bueno por nosotros. Porque estoy segura de que yo no recuerdo a todas las personas a las que le debo un poquito de vida, pero esa parte que me dieron, hoy día la reparto entre otras personas que lo necesitan más que yo. La vida que te dieron, la que tienes, hay que seguir repartiéndola.

domingo, 2 de octubre de 2011

Quiero rendirme cuando quiera, no quiero que la situación me obligue a tirar la toalla

Bien, tengo exámenes y no he estudiado NADA. Y lo peor es que me abogio muchísimo, y en cuanto más tiempo pasa más me abogio por no haber estudiado, pero como estoy abogiada no puedo estudiar, pero si no estudio me abogio más y en cuanto más me agobio menos puedo estudiar, está claro ¿no?
Lo que pasa es que son los primeros exámenes de este curso y les tengo miedo, sí, tengo miedo a los primeros exámenes, siempre me pasa. Me da miedo esstudiar y no ser capaz de aprobar porque entonces me demostraré a mí misma que no debería estar estudiando las asignaturas que elegí. Es una mierda, y lo escribo aquí... no sé por qué, supongo que es porque no estoy haciendo lo que debería y me siento culpable. Así que supongo que aunque tenga un nudo en el estómago por los exámenes, sé lo que debo hacer...