Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

lunes, 31 de octubre de 2011

La más falsa de las sonrisas, por ti, mi más querido amigo

Odio Halloween. Odio a los niños que llaman a las puertas, porque siempre llaman cuando estoy viendo una película y claro, no les abro la puerta. Y como no quiero que sepan que hay alguien dentro de la casa, porque si no siguen insistiendo, tengo que bajar el volumen de la tele y no sé por qué motivo siempre llegan en los mejores momentos de las películas y me quedo sin saber lo que pasa. ¿He dicho que odio Halloween? Pues rectifico, odio a los niños que celebran Halloween.

domingo, 30 de octubre de 2011

Vamos a hacernos los valientes, a salir a la cornisa de los edificios y bailar como si no hubiera mañana

¿Sabes lo que se siente justo en el momento en el que un escalofrío recorre todo tu cuerpo? ¿Cuando las lágrimas quieren salir, pero tú luchas para que se queden dentro y sigan manteniendo la imagen de chica perfecta con vida perfecta? ¿Lo que se siente cuando el frío no solo inunda tu cuerpo, si no también tu alma y tu vida? ¿Cuando echas de menos a alguien a quien no deberías extrañar? Cuando la primera lágrima cae por la mejilla izquierda y entonces ya no hay vuelta atrás, cuando tu perfecto mundo se ha derrumbado. Todo se termina en ese preciso momento en el que te das cuenta de lo que perdiste.

Hola mundo, no estoy sola, pero me siento sola. Los abrazos de mis amigos ya no me sirven, las sonrisas no se contagian y las palabras amables parecen ir siempre en contra mía. Sé que están ahí, sé que los tengo 24 horas para lo que necesite, sé que me ayudarán siempre que lo pida y cuando no lo pida también, pero eso no impide que me sienta completamente alejada del mundo.

Miro por la ventana y ¡oh, sorpresa! el cielo está gris. Me gustaría saber cuántas personas en este momento están igual que yo en cualquier parte del mundo ¿se cuentan con los dedos de una mano? ¿O a decenas? Ahora no necesito pañuelos, no tengo que inventar una excusa para mirar al suelo constantemente, estoy sola. Si alguien abre la puerta, pues me limpio la cara con la manga de la chaqueta, pongo  mi mejor sonrisa fingida (que es mejor aún que la real) y adiós problemas. ¿Quién se va a dar cuenta? Nadie. Podría ser actriz (no, no podría)... al fin y al cabo todos los momentos malos de mi vida los he pasado encerrada entre cuatro paredes y sonriendo a la compañía, nadie se dio cuenta jamás de nada.

Total ¿qué iba a decirles? "¡Mamá,  me rompieron el corazón!", "Tranquila hija, hay mil chicos mejores, además, estaba claro que no duraríais demasiado)" (gracias por ser tan considerada). "¡Amiga, se me murió el pez!", "¿Te compro otro?" (Claro, como son todos iguales, qué más da, ¿no?). ¿Qué sabréis vosotros de mi sufrimiento? Absolutamente nada, podéis haber sido las personas más desgraciadas, pero sabéis de vuestro dolor, el mío solamente lo siento yo, así que dejar de intentar comprenderme.

Soy una egoísta (¡sí!), una egocéntrica (¡también!), una desconsiderada (¡sobre todo!), pero una persona que oculta su dolor, eso soy ante todas las cosas. No necesito hombros para llorar ni nadie que me seque las lágrimas, tengo manos y un peluche con el que infantilmente paso mis malos momentos, además, las canciones tristes que llenan mi mp4 ayudan bastante a animarme.

Así que, gracias mundo, por hacerme tan autosuficiente cuando estoy mal, porque no hay peor castigo que el hecho de que la gente más quiero me vea destruida.

sábado, 29 de octubre de 2011

Yo también intenté escupir odio, venganza, pero sólo dije palabras que no sentía y que solamente me hacían daño a mí

En realidad, tengo un poco de miedo. Porque he oído mil veces eso de que por mucho que uno se esfuerce, por muchas ganas que le ponga, nunca se vuelve a sentir lo mismo. Y yo tengo demasiado cerca, todavía demasiado dentro un sentimiento que poco a poco se está desvaneciendo, pero todavía está demasiado presente en mí como para no asustarme la posibilidad de no volver a sentir nunca algo parecido. Algo parecido implica algo mejor, implica no sentirme nunca como lo hacía antes y entonces me pregunto ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿Qué estoy haciendo intentando arreglar las cosas si no voy a sentir jamás lo mismo?
Supongo que tengo la esperanza de que todo vuelva a ser como antes, de tener ese maldito sentimiento que hacía que mi corazón acelerara... Pero es una locura, nadie puede ir a 200 km/h y que no le pase nada, nadie puede coger la vida como si fuera una última carrera, el sprint final y no llegar agotado a la meta. Te desgastas, dejas parte de tu potencial por el camino y pierdes todas las fuerzas. Me parece que eso es querer a alguien: ir a correr a la pista de atletismo y ver como todos van llegando, se sientan, beben agua y se relajan... Cuando llega el momento, cuando están más tranquilos, se levantan y siguen, se van a hacer lo que tienen que hacer; pero reconozcámoslo, correr hasta perder el sentido, dando todo lo que puedes para ser más rápido, agota, y no sólo por un día, no llegas a casa, duermes 7 horas y te levantas como nuevo. Para recuperarse hace falta tiempo, hace falta tomárselo con calma y sobre todo, no correr mientras tanto.
En realidad, correr es dejar atrás las puertas cerradas, lanzarte sobre ellas y estallarlas, saltar tan alto como puedas imaginar, mirar a lo lejos y ver todo lo que has recorrido... es dejar los miedos atrás. Esos miedos que nacen de la inexperiencia, o de la experiencia ajena. Esos que no nos dejan experimentar nuestros propios errores, que hacen que ya vayamos prevenidos y con miedo, que pisemos dos veces para asegurarnos de que el suelo es firme y que nos pellizquemos para comprobar que no estamos soñando. Esos miedos que nos llenan, nos inundan y a veces, incluso hablan por nuestra boca y nos dominan.

jueves, 27 de octubre de 2011

Es difícil sacar lo que tienes muy adentro

Ya está, me harté de estar fingiendo. Antes era tan fácil estar feliz, una mirada, una sonrisa, la más simple de las palabras que él me dirigiera y yo era feliz. Sé que no está bien, que siempre me dijeron "no necesitas a nadie para estar contenta", que la felicidad de uno no debe depender de nadie más que de sí mismo... que todo eso lo sé y lo he escuchado millones de veces, pero que no es tan sencillo.
Y joder, no puedo decir que sea infeliz, pero tampoco estoy para dar saltos de alegría. Y me paso el puto día, de la mañana a la noche sonriendo sin querer hacerlo y a pesar de no verle el sentido, mañana lo seguiré haciendo. Al menos antes tenía una motivación para hacer las cosas... "venga, estudia estas dos páginas más e intentas hablar con él", ahora es "estudia estas dos páginas más y sólo te quedaran otras tres para ir a ver la tele". ¡Encima es que no sigo ningún programa de las noches! No me gustan las series que echan ahora, solamente veo algunas de policías tipo CSI de vez en cuando, la televisión tiene una programación cada vez más basura. Incluso a veces veo Saber y Ganar y me parece que lo mejor del programa es cuando el presentador pone voz sexy intentando imitar acento argentino (que lo hace bastante bien, cierto es), pero ese concurso no me gusta demasiado porque nunca aciertos las respuestas.
Pero no estaba hablando de eso, es que ni siquiera sé cuáles son las palabras que explican cómo me siento y lo peor es pensar que antes de mí muchas personas vivieron desilusiones, es decir, que soy una más que se ha desilusionado. Pero se fue, joder ¿por qué se tuvo que ir? ¿Por qué tuvo que terminar? Siempre y nunca nunca son para siempre. ¿Eso significa que el "nunca volver a estar juntos" implica que ese nunca no es para siempre? ¡Joder, joder y joder! Me jode no encontrar las putas palabras para expresar un sentimiento, porque está aquí, está dentro de mí y sé exactamente cómo es. Me gustaría que toda la gente que dice "bah, ya se te pasará" pudiera entender que sí, que se pasará, pero que todavía está conmigo.
Igual que él está en mi mente tantas veces al día, el dichoso sentimiento me acompaña 24 horas diarias, incluso mientras duermo, al despertar, al hacer un examen, al ducharme, al atarme los cordones de las zapatillas... que es algo que está conmigo siempre y que por mucho que "se vaya a ir", aún no se ha ido.
Es igual que cuando él estaba conmigo, sabía que se iba a ir, que todo termina, pero no se había ido, estaba a mi lado y era lo único que sentía, lo único que de verdad provocaba casi todo lo que hacía. Pues este sentimiento es igual, exactamente igual. Así que sí, supongo que al final el amor es igual que el dolor.

lunes, 24 de octubre de 2011

Quiero saber que ahora no estoy cometiendo ningún error, que mañana no tendré nada malo que recordar

¿Pasamos demasiado tiempo de nuestra vida viajando? Al pasado, al futuro... es tan difícil quedarse aquí, en el presente, en el ahora. Quizás si no estuviéramos tan empeñados en arreglar los errores del pasado y en intentar que no sucedan en el futuro, no lo cometeríamos más en el presente. Quizás sea de locos pensar que viviendo el presente todo nos iría mejor, porque dejaríamos de lado al resto para centrarnos sólo en lo que queremos. Porque si sólo tuviéramos el ahora para vivir, si no hubiera nada más que el presente, probablemente seríamos demasiado egoístas, nos preocuparíamos sólo en aprovechar nuestro pequeño, importante y tal vez último instante de vida. Viviríamos intentando absorber cada milésima parte de la vida, intentaríamos beber las horas, comernos los minutos y tragarnos los segundo. Esa sería la filosofía de vida: aprovecha el ahora, porque no hay nada más. Pero quizás, y vuelvo a decir solamente quizás, las cosas no nos irían tan mal si no pensáramos en el pasado ni en el futuro. Ya ves, esos errores que cometí ayer serían cosa del pasado y no importarían, porque vivo pensando en el presente. ¿Y si lo que hago lo estropea todo? ¡Qué importa! Mientras no estropee el ahora... lo demás me da igual. Que se joda el futuro, el qué dirán, el qué dirás, que se joda todo lo que está por venir, porque lo único que me importa es el instante que está pasando ahora mismo ante mí. ¿Sabes lo que haría si no me importara el pasado, ni el futuro? ¿Sabes lo que haría si sólo tuviera en la mente el presente?  Diría todo lo que me queda por decir, le gritaría las verdades al cielo, no escondería nada de lo que tengo dentro. Porque si sólo vivo el presente, entonces no hay futuro, y si no hay futuro ¿cuándo voy a decir todo lo que tengo que decir si no es ahora? Sin pasado no habría arrepentimientos, sin futuro no habría miedo, con el presente sólo habría verdades, verdades directas, sin dolor, sin temor, sin nada que ocultar. Por eso, como ya he dicho, prefiero vivir sin pensar en otra cosa que no sea el presente, igual no siempre lo consigo... pero desde luego, cuando termine de escribir esta frase, lo haré... porque merece la pena intentarlo.

Dos antónimos que quieren decir lo mismo, dos sinónimos que se contradicen... ¿es posible?

Me he dado cuenta de que cuando algo te gusta mucho, significa que "te vuelve loco". ¿Entonces cuando una persona te vuelve loca, en el sentido de que te pone nerviosa, te va a terminar gustando mucho? Porque del amor al odio hay un paso, pero del odio al amor también. Sé que es una tontería, pero no sería la primera vez que no soportas a alguien y termina siendo uno de tus mejores amigos. Es que si no no entiendo el significado de que algo te vuelva loco, puede ser que te estresa o puede ser que te encanta. Entonces lo que te estresa/pone nerviosa/altera/vuelve loca, te encanta.
Es como eso de que nos atrae lo prohibido, de que a muchas chicas les gustan los tipos duros, los insensibles, los que hacen daño. Igual les gusta vuelve locas lo que les da dolor de cabeza vuelve locas. Igual es por eso, igual el lenguaje no es tan ambiguo, igual decir dos cosas aparentemente contradictorias quiere decir al final lo mismo. O igual no, igual es una casualidad, igual sólo yo lo veo así, no lo sé, pero es una casualidad que ha hecho que me vuelva loca por un momento, y eso me encanta.

martes, 18 de octubre de 2011

El principio de fin y el fin del final, pero también el comienzo de un nuevo principio

Vamos a intercambiarnos los papeles ¿vale? Sólo por un momento, sólo en mi imaginación.
Ahora renunciarás al orgullo, tendrás que buscar soluciones a los problemas que estén en mi imaginación nada más, tendrás que aguantar mis enfados por cosas que no son culpa tuya, tendrás que ver como te hago caso sólo cuando me apetece, vas a tener que esperar y esperar, ahora tendrás que preocuparte por mí y ver cómo no me importa lo más mínimo, tendrás que aguantar mis malas palabras, todos mis malos días y creerme cuando te diga un (¿falso?) "lo siento", tú y sólo tú vas a ser el responsable de todo lo malo y sólo tú vas a pasarte las noches pensando en cada palabra que te diga... ahora sólo tú serás un idiota por hacer lo que haces, ¿y yo?
Yo ahora voy a ocupar tu papel, ¿vale? Voy a ser la orgullosa, la que si no le presionan mucho no dice nada, pero tampoco lo dice si le molestan demasiado, voy a ser la que está siempre ocupada, la que te pone en último lugar, la que no muestra interés por nada que no sea mío, la que se olvida de todo lo tuyo, la que se calla las cosas importantes, la que contesta mal, la borde, la que paga sus problemas con el mundo, no, contigo, la que pone malas caras, la que se olvida de ti por momentos...
¡Mejor! Voy a ser la que se olvida de ti por momentos SIEMPRE, sí, esa voy a ser. Hagamos un trato ¿quieres? Desde mañana, puedes seguir siendo el de antes, y yo seré la que te olvida. Igual me cuesta un poco, igual te molesto a veces, igual dudo de que sea la elección correcta, igual lo paso mal, igual sigo pensando en ti, igual me arrepiento, igual tengo ganas de hablar contigo, pero te prometo que desde mañana no te enterarás de nada de eso porque es mi decisión. volverás a ocupar tu lugar despreocupado, así que ni te darás cuenta, pero hoy no, hoy voy a ser , lo de olvidarte empieza mañana.

domingo, 16 de octubre de 2011

- ¿Eres capaz de hacerlo? + Siempre que no te quedes mirando, seré valiente y lo haré.... pero sólo por esta vez, sólo por ti

Seamos valientes. Ayer vi un acto de valentía increíble que me hizo darme cuenta de que no soy tan valiente como a veces (normalmente) finjo/aparento ser. En fin, voy por el mundo como si en el caso de que un día se presentara ante mí una oportunidad única me lanzaría a por ella, pero la verdad es que tendría miedo de no alcanzarla y no me arriesgaría.
Y me da rabia, joder, me da rabia no lanzarme al vacío y "que sea lo que tenga que ser". Me jode ser precavida y tenerle más aprecio al miedo que a la valentía, porque me importa lo que puedo perder; no estoy dispuesta a correr el riesgo. ¿Qué tiene de malo? No lo sé, ¿todo? ¿Qué tiene de malo que no quiera perder las pequeñeces que tengo? ¿Qué tiene de malo que me conforme con eso aunque quizás pudiera tener más?
Supongo que me intento convencer de que ser cobarde es bueno, pero no, ser cobarde es bueno solamente algunas veces, pero SIEMPRE es el camino fácil. Por eso estoy ahí, por eso soy cobarde, porque siempre elijo el camino fácil. Yo no lucho, yo no me arriesgo, no me tiro de un séptimo piso para probar si puedo volar, no desafío a nadie, me camuflo entre la multitud y sigo con mi vida. Mi vida de cobarde sí, pero la vida que he elegido tener al fin y al cabo.
Porque seré cobarde (que lo soy) pero hay momentos del día en los que decido salir de ahí y no ser "la tímida y callada que no se juega nada". ¿He dicho que soy cobarde? Lo soy, pero también soy valiente. Quizás menos, quizás más... según el día. Soy cobarde a tiempo parcial y el resto del día me dedico a vivir en mi pequeño gran mundo de valentía, con sus ventajas e inconvenientes.

jueves, 13 de octubre de 2011

La maldita indecisión que me ha caracterizado siempre sigue demasiado presente

He estado pensando en que últimamente no tengo tiempo para (casi) nada. Igual ahí está la clave de que esté empezando a olvidar ciertas cosas, personas, momentos, palabras y conversaciones. En realidad, creo que lo hago a propósito. Estoy convirtiendo mi vida en un caos, básicamente mi vida se resume en ir de aquí para allá sin parar más que para dormir.
No sé si eso es recomendable o si es bueno, pero estoy segura de que aunque me agote, en el fondo me hace bien. Me hace bien estar tan ocupada intentando hacerlo todo que no tengo tiempo de "hacer nada" y pensar.
Llego a clase y "¡dios mío, esto es  muy difícil! voy a atender", llego a casa y "voy a comer rápido y así veo un rato la tele", veo la tele y "voy a hacer deberes", no termino de hacer deberes y "voy a ir a tal sitio", llego de tal sitio y "voy a terminar los deberes y cenar", ceno y "ahora tengo que estudiar, mañana hay examen de esta asignatura", termino de estudiar (en realidad no termino, porque últimamente estudio demasiado poco), es tarde, mejor me voy a dormir ya. Llevo así desde mediados de septiembre y realmente no sé cuánto tiempo voy a poder aguantar este ritmo. Es cierto, he dicho que me hacía bien, pero también me hace mal parar solamente un ratito después de comer y el resto del día estar de un lado a otro.
Supongo que en un  momento mi vida se puso patas arriba y ahora estoy intentando volver a la normalidad de antes. Pero supongo también que si van a tener que pasar todas estas cosas para que todo vuelva a ser como antes, entonces va a costar y no sé si realmente soy capaz de hacer tanto esfuerzo por volver a una rutina de la que yo misma quería salir. No lo entiendo, cuando estás en la rutina, en el círculo aburrido, quieres salir de él; pero cuando sales y te das cuenta de que fuera las cosas no son mucho mejores, haces todo lo posible por volver a la rutina...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Me gustan los problemas sin fin que al final SIEMPRE tienen solución

Me gusta mi vida. Quiero decir, me paso la mitad del día quejándome y no sé por qué lo hago. Me quejo por pequeñeces, por tonterías, por cosas que no valen la pena y a veces parece que me quejo tanto porque no me gusta mi vida. Pero no es así, me encanta mi vida, me encanta levantarme pronto y aprovechar el día, aunque me queje todo el tiempo de que tengo que madrugar; me gusta ir a clase, aprender cosas, odiar asignaturas y desesperarme cuando algo no me sale, me gusta aunque no pare de quejarme de que no soporto ir a las clases; me gusta ir en autobús y caminar despacio, aunque siempre diga "que mierda, ahora tengo que coger el autobús" o "joder, camina más rápido que no aguanto este paso tan lento"; me gustan los pequeños detalles, me gusta cruzarme con alguien por calle y sonreírle, me gusta que me digan verdades que duelen. ¿Es que hay algo que no me guste? Claro que sí, pero son detalles. Sólo tenía que escribirlo, dejar claro en algún sitio que aunque sea una quejica 24 horas al día, realmente no tengo motivos importantes para quejarme, porque me gusta lo que vivo.

martes, 11 de octubre de 2011

Esas personas que se marchan voluntariamente de tu vida y sólo quieres gritar "¡QUÉDATE, NO TE VAYAS!" pero no dices nada y te quedas viendo cómo se distancian.

¿Nunca has tenido la sensación de que no puedes hacer más? De que por más explicaciones que des, más alto que hables o más gesticules cuando alguien no te cree, no te cree. Sentir la impotencia de saber que dices la verdad, pero que no quieren creerte... es una sensación extraña.
Cuando te encuentras con alguien que hace tiempo que no veías y entonces sonríes y le saludas, intentas tener una conversación decente, que te cuente cosas sobre su vida, encontrar una forma disimulada de averiguar algo para volver a verle. Pero sólo te encuentras con respuestas vacías, con silencios incómodos y te desesperas, te vuelves a sentir impotente. Porque joder, ¡te echo de menos! ¿Por qué no te das cuenta? Quiero que vuelvas a formar parte de mi vida, que vuelves a ser esa parte TAN importante que eras hace no tanto. El momento en el que te das cuenta de que un buen amigo ya no es más que un simple conocido (incluso DESconocido)... y lo intentas, y lo vuelves a intentar, y no sabes qué hacer porque has sacado tu mejor as de la manga para no perderle, pero no ha servido de nada. Y te jode, y me jode, y nos vuelve a joder ese momento en el que algo dentro de ti hace "click" y te das cuenta de que le has perdido para siempre, de que por mucho que intentes recuperar el contacto, la confianza, la amistad... ya no hay nada que hacer. Porque cuando un corazón muere,  no se puede resucitar; pero aunque tú seas sólo indiferencia, yo te sigo echando de menos.

domingo, 9 de octubre de 2011

Es mejor correr detrás de la vida, intentar alcanzarla con ganas antes que ver como se marcha y dejar que se apague

Nos dedicamos a vivir, a tener una vida de lo más monótona y simple. Pero de vez en cuando, cada un cierto tiempo, la vida nos da una patada, un empujón que hace que salgamos de esa rutina. Nos lo pone todo patas arriba para que nos demos cuenta de que seguimos ahí, de que seguimos viviendo y de que no podemos estancarnos. Lo podéis llamar destino, Dios, karma, mano invisible o como queráis, pero hay algo que después de mucho tiempo dejando pasar los días, hace que nos demos cuenta de que realmente están pasando por delante nuestro y no los vemos. A veces es la amistad, a veces es perder a alguien, otras veces el amor, incluso la tontería más absurda que te dice alguien que no conoces por la calle. Pero yo sé que ese "algo" está ahí y que a veces nos hace daño, nos aprieta el corazón y nos encoje el alma; y otras veces simplemente nos saca una sonrisa... cada vez de una forma, pero nos ayuda a darnos cuenta de lo que realmente es seguir viviendo y de que vale la pena intentarlo con todas nuestras fuerzas.

sábado, 8 de octubre de 2011

Me repito, pero es que va pasando el tiempo y algunas cosas deberían cambiar y permanecen

Lo he vuelto a hacer. Ya lo escribí hace un montón de tiempo, sabía que pasaría... pero ahora ya ha pasado. Y sigue jodiéndome aunque lo supiera, aunque intentara prepararme, porque soy así y creo que a todo el mundo le duele ver como alguien se va alejando poco a poco sin poder hacer nada y cuando te quieres dar cuenta ya está tan lejos que por mucho que le llames no te oye.
Sabía que pasaría porque tengo esa manía de alejar de mí a toda la gente que me importa. Cuando alguien me da igual, soy amble y simpática y le trato bien y todo va genial. Pero cuando alguien me importa me vuelvo borde, callada, fría y un pelín controladora también. Es por eso que tengo tan pocos amigos de los de verdad, porque son los que han aguantado mis momentos malos hasta que se me pasa toda esa fase de histeria. Pero como casi nadie me aguanta hasta que se pasa... porque se me pasa, ¿eh? Obviamente no me porto toda la vida como una cría insoportable con la gente que me importa, si no estaría más sola que la una, pero se me tarda un poquito en pasar, hasta darme cuenta si esa persona merece de verdad la pena.
Y es cierto, algunas personas valen la pena, pero no me aguantan; y otras me soportan con los días malos y son una pesadilla. Es por ese motivo por el que intento ser buena persona con mis amigos y fallarles lo menos posible (pero les fallo y me porto mal y lo seguiré haciendo inconscientemente de vez en cuando sin darme cuenta en ese momento) porque sé que son personas con las que de verdad merece la pena pasar el tiempo. Por eso, aunque sea una tontería para mucha gente, me importa tener una faceta que ni yo mismo aguanto, porque por mi propia culpa he perdido a demasiada gente... y no sé como mejorar, no sé que hacer para cambiar y ser un poquito menos mi yo controlador cuando sólo debería seguir siendo "la de siempre", la del principio y la del final.

jueves, 6 de octubre de 2011

Cállate y sigue andando, porque nadie te escucha, nadie te espera ni te persigue

No sé a dónde, ni sé cuándo, pero sé que algún iré a un lugar tan lejano que echaré de menos cada pequeño detalle de mi vida actual. Echaré de menos a esa chica tan falsa que ahora mismo no soporto, echaré de menos las noches en que no puedo dormir y las mañanas en las que me muero de sueño. Echaré de menos a todos esos amigos que hice el primer día de colegio cuando tenía 3 años.
Esa es otra cosa, cuando estaba en secundaria todos los profesores decían que echaríamos de menos esa época y todos decíamos que no... estábamos locos por crecer. Ahora puedo decir que sí, que he crecido un poco y no quiero hacerlo más, que quiero volver a primaria, a tener diez años... ahora echo de menos a esos profesores con los que pasábamos tan pocas horas y nos parecían muchas...
Cuando éramos pequeños y nos ponían un vídeo en el colegio nos hacían las personas más felices del planeta; ahora nos ponen un documental y nos aburre, una película y si no nos gusta hablamos con el compañero del al lado. Cuando éramos pequeños nos encantaba jugar, hacíamos amigos a todas horas y tenían que pelear para mandarnos a dormir porque queríamos estar con nuestros padres 24h al día; ahora nos gusta salir, vamos con nuestro grupo de amigos y si alguien se junta le miramos con mala cara... ya no nos gusta que nos vean en compañía de nuestros padres, ahora peleamos por la hora de llegar a casa por las noches y si nos quedamos en casa es para ver la tele sin intercambiar palabra o para engancharnos al ordenador. Antes nos gustaba abrazar, lo hacíamos con todo el mundo y un beso era lo que más nos costaba dar... ahora lo raro es abrazar a alguien sin motivo y que no te mire como si estuvieras loco, ahora los besos siguen teniendo valor, pero ya no son tan escasos... ahora queremos repartirlos entre personas bien elegidas.
No sé, supongo que madurar es volvernos unos gilipollas que desprecian lo que tienen y no saben lo que hacer con su vida, madurar es tirar lo que tienes por la ventana y tardar años en darte cuenta de que te comportas como un crío de mierda. Supongo que yo no he madurado, porque no he hecho la mitad de las cosas que he escrito, supongo que me queda demasiado por vivir como para poder decir que sé algo de la vida...

miércoles, 5 de octubre de 2011

Esto sólo merece un título: DECEPCIÓN

Decepción. Unas ganas tremendas de mandarlo todo a la mierda. Más decepción. Esa angustia que se mete en la tripa y te revuelve todo por dentro, como cuando hay exámenes finales. Y más decepción aún. Intentar darle vueltas a la cabeza sabiendo que no vas a sacar nada en claro, pero no poder por tener la cabeza repleta de mil cosas más. Ya no hay más decepción, ya no sé sentir más decepción de la que tú has hecho que sienta. Mentiras, promesas que no se cumplen, palabras que se lleva el viento. Y todavía hay espacio para un poco de decepción más cuando creía que era imposible. Ganas de mandarte a ti a la mierda, ganas de romper los libros. Estar harta de que las cosas no me entren en la cabeza, de ser la chica que cuenta demasiadas cosas, la que no tiene sentido común. Cansada de oír ciertas verdaderas que sólo son verdades a medias, cansada de estar bien y joderme a mí misma pensando demasiado bien de la gente. Sin ganas de seguir intentando cosas imposibles, sin ganas ni siquiera de rendirme, sólo ganas de dejar que pase lo que tenga que pasar, que el mundo siga adelante y todo pase por encima mío... ganas de que las cosas fluyan y sea lo que tenga que ser. La decepción sigue siendo lo principal ahora mismo. Darme cuenta de que cuando estoy bien me muero por hablar contigo y de que cuando hablo contigo, dejo de estar bien. Darme cuenta de que por ti siento decepción, darme cuenta de que tú eres el que me decepciona.

Con sinceridad, ya no sé que pensar de la mayoría de las cosas/personas que hay en mi vida

Últimamente escribo "cosas" totalmente vacías de sentimiento, lo sé, pero es que mi corazón ya no da para más; ahora estoy en proceso de volver a hacerme un poco insensible porque me he cansado de tanto sentimentalismo dentro de mí misma.

Cuando dos personas comparten un sueño, comparten más de lo que creen, comparten una ilusión

Tengo una obsesión. Sí, desde hace años una amiga y yo hemos imaginado mil veces el mismo viaje. ¿A dónde? A Argentina (no había un sitio que estuviera más lejos, no). Bueno, no sé por qué un día una de las dos dijo que le encantaría ir a Argetina y la otra dijo que a ella también... así que desde entonces ese es nuestro sueño frustrado. La verdad, es una tontería, pero lo escribo aquí porque no sé qué esperamos encontrarnos allí. Que sí, que la gente habla con un acento que a ambas nos encanta, que es otro continente y que el tópico de "los argentinos" también llega hasta aquí. Pero aparte de eso, no tengo ni idea de por qué más queremos ir, porque no es una ciudad, una zona, no, es Argentina en general.
Quiero decir que es un sueño, es algo que queremos hacer juntas y que probablemente nunca cumpliremos, pero me da igual. Me da igual porque gracias a nuestro viaje soñado hemos pasado ratos buenísimos, de esos que estando de vacaciones la llamas para decir que en la playa a la que vas el socorrista es argentino, y la otra se muere de envidia, da igual que sea bajo, alto, guapo, feo, simpático o borde, pero es argentino y es lo importante; de esos que nuestros padres preguntan a dónde queremos ir de vacaciones y en casas separadas y sin premeditación, por casualidad (¿casualidad?) las dos contestamos Argentina... y las dos obtenemos la misma respuesta (NO); de esos que hablan de Sudamérica en clase y nos echamos la típica mirada de "Argentina". Porque sí, hay típica mirada de Argentina, que es igual que las demás, pero nosotras nos entendemos. Porque sí y ya está, porque aunque no vayamos nunca a Argentina (me estoy cansando de escribir tantas veces Argentina), hemos tenido un sueño y aunque sepamos que es prácticamente imposible, lo tenemos y seguimos siendo felices al imaginarnos allí. Porque somos amigas y al igual que compartimos secretos, también tenemos un sueño juntas... y si no vamos, entonces también tendremos una desilusión juntas; pero sé que aunque perdamos el contacto (espero que no), si algún día alguien habla del ya mil veces nombrado país, nos acordaremos de la otra.

martes, 4 de octubre de 2011

Tendrás muchas oportunidades en la vida: algunas las rechazarás, pero te arrepentirás de ello y otras las aceptarás, pero te darás cuenta de que no era la decisión adecuada. Lo que está claro es que sólo tú podrás decidir que hacer con ellas

¿Sabes lo que más me dolió? Que en el fondo sabía que iba a pasar, deseaba que no fuera así, pero sabía que lo ibas a olvidar... y creía que estaba preparada para afrontarlo, pero cuando llegó el momento y lo olvidaste, me dolió. Pero me duele más no haber sido capaz de prepararme, que una parte de mí tuviera la esperanza de que las cosas fueran diferentes. Me duele más que nada haber creído que podría pasar por encima de todo sin siquiera inmutarme, sin que nada me afectara... me duele que no haya sido así, me duele haber dejado de ser "la señorita precavida" para ser "la señorita arriesgada". Porque el riesgo me hizo débil y la debilidad me hizo daño. Después de todo ser la señorita precavida y prudente no estaba tan mal... al menos me ponía en lo peor y nadie me defraudaba de corazón.
¿Sabes otra cosa? No quiero oír más veces eso de "año nuevo, vida nueva", lo único que quiero es poder cumplir "día nuevo, vida nueva". Sí, mi nuevo objetivo de hoy, que probablemente mañana no tenga y nunca cumpla: dejar de pensar tanto las cosas, simplemente hacerlas. Porque me he dado cuenta de que es una tontería esperar a que pase el tren, que sólo deberías cogerlo si te lo cruzas por casualidad; pero es una tontería mucho más grande quedarte esperando al tren cuando ya se ha marchado, porque sabes que se ha marchado y autoconvencerte de que volverá a pasar es la mayor pérdida de tiempo.

Crecer, tener más responsabilidad y empezar a decir "estos niños de hoy en día... yo con su edad no tenía móvil, ni redes sociales, jugábamos con barbies y éramos más felices"

Seguro que has oído hablar de la crisis de los cincuenta, de los cuarenta, de los treinta, ¿de los veinte? No sé si existe la crisis de los veinte. Pero estoy segura de que algo mucho menos común es la crisis de los 15. Yo la pasé, sí, y me acuerdo perfectamente (tampoco fue hace tanto).
Voy a ir un poco atrás en el tiempo... Cuando tenía 13 años, una amiga mayor que yo me dijo que los catorce serían la peor época de mi vida. La verdad es que no me lo creí demasiado y cuando los cumplí y empezaron a pasar los meses pensé que mi amiga estaba loca, que la mejor edad del mundo eran los catorce años. Pero claro, como no, todo se acaba, y volvió a ser mi cumpleaños. ¡Dios, iba a cumplir 15 años! Me estaba haciendo vieja, no quería cumplirlos, por primera vez en mi vida miraba el reloj deseando que no pasara el tiempo, que no llegara el día de mi cumpleaños (sí, era un poco dramática)... pero llegó. Estuve de mal humor todo el día, y el anterior, y el siguiente, pero sólo cuando no había nadie, sólo estaba mal para mí, al resto del mundo le sonreía al decir que era mi cumple y me hacía la feliz de tener un año más. Pero lo pasé mal, me sentí demasiado mayor, ya no quería cumplir más... y lo peor fue cuando me encontré una cana. UNA CANA, SÍ, CON QUINCE AÑOS. Me salió un pelo blanco en la ceja... de verdad, nunca he tenido unos días peores que aquellos. Por suerte, sigo con mi pelo castaño y nunca más me apareció un pelo blanco, pero de verdad... lo pasé realmente mal y me di cuenta de que seguir creciendo sería una mierda.
Por eso, desde que cumplí los quince, ya no me gusta soplar velas ni que me canten el cumpleaños feliz (mentira me gusta que lo hagan, pero me gustaría no tener más años). Lo que quiero decir, es que si pudiera volver a cuando tenía doce años y quería ser mayor, me echaría una buena bronca y disfrutaría del momento.
La infancia está para ser niña, la adolescencia para ser adolescente y la madurez para ser maduro. Probablemente, todos los adolescentes añoran ser niños, y todos los adultos añoran ser adolescentes, igual que todos los ancianos desean ser adultos. Pero la vida sigue y creo que es ley de vida echar de menos el pasado y pensar que la época pasada es mejor que la vivimos... no, lo mejor no lo hemos vivido y está aún por venir.

lunes, 3 de octubre de 2011

Que el primer pensamiento que cruce tu mente al despertar te haga sonreír y te entres ganas de empezar el día por muy largo que sea

Todos admiramos un poco a esas personas que nos dan o nos dieron la vida. No sólo hablo de los padres, si no también de esas personas que nos hacen sonreír con tonterías día a día, que nos pellizcan cuando estamos soñando demasiado y que nos abrazan cada solitario 14 de febrero. Amigos, incluso a veces simples conocidos, que en algún momento nos dieron una pequeña parte de su vida, porque nosotros la necesitábamos más que nadie entonces. Igual ya  no están, igual están de viaje, igual nunca volverán, igual están aquí ahora, o igual desearían estarlo aunque no lo sepamos. Esa ex-amiga a la que es mejor no ponerle adjetivos, que te falló y te hizo daño, pero que también te saco sonrisas entre clase y clase. Ese chico que querías y ahora detestas (o quieres hacerlo) que también te hizo daño, bastante, quizás demasiado, pero que en algún momento hizo latir tu corazón más rápido que la velocidad de la luz. No sé... esa gente que nos abandonó y nos hizo sufrir, porque a ellos también les debemos una pequeña parte de vida si en algún momento hicieron algo bueno por nosotros. Porque estoy segura de que yo no recuerdo a todas las personas a las que le debo un poquito de vida, pero esa parte que me dieron, hoy día la reparto entre otras personas que lo necesitan más que yo. La vida que te dieron, la que tienes, hay que seguir repartiéndola.

domingo, 2 de octubre de 2011

Quiero rendirme cuando quiera, no quiero que la situación me obligue a tirar la toalla

Bien, tengo exámenes y no he estudiado NADA. Y lo peor es que me abogio muchísimo, y en cuanto más tiempo pasa más me abogio por no haber estudiado, pero como estoy abogiada no puedo estudiar, pero si no estudio me abogio más y en cuanto más me agobio menos puedo estudiar, está claro ¿no?
Lo que pasa es que son los primeros exámenes de este curso y les tengo miedo, sí, tengo miedo a los primeros exámenes, siempre me pasa. Me da miedo esstudiar y no ser capaz de aprobar porque entonces me demostraré a mí misma que no debería estar estudiando las asignaturas que elegí. Es una mierda, y lo escribo aquí... no sé por qué, supongo que es porque no estoy haciendo lo que debería y me siento culpable. Así que supongo que aunque tenga un nudo en el estómago por los exámenes, sé lo que debo hacer...

sábado, 1 de octubre de 2011

Estar llorando y de repente, sonreír... al mundo, a la vida

La muerte es la única cosa en la vida que no podemos evitar. El resto, ya sean dolores, errores o alegrías, son responsabilidad nuestra; y como tal, tenemos que hacernos responsables. Si te equivocas, no agaches la cabeza, pero tampoco digas que no te lo mereces y le eches la culpa al de al lado. Si te pasa algo bueno, ¿entonces es que te lo mereces? Claro, entonces sólo es gracias a ti.
Creo que somos demasiado egoístas, demasiado egocéntricos como para encontrar a alguien que acepte todos nuestros fallos y ser capaces de soportar los suyos. Ahí y solamente ahí está la verdadera amistad... no hay porque ser iguales ni polos opuestos. Sólo hay que admitir lo que hay mal dentro nuestro para poder encontrar nuestra parte de culpa en los errores. Por eso me parece que la amistad verdadera es muy difícil, ser completamente y al 100% amigos. No sé, yo creo que casi todo el mundo ha encontrado amigos de verdad, pero también sé que casi todo el mundo ha perdido amigos que creía que eran verdaderos. Es por eso que dicen que quien tiene un amigo, tiene un tesoro; porque todos lo quieren y es difícil encontrar  uno.