Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

lunes, 25 de julio de 2011

El cuento de nunca acabar

Puedo quererte, puedo odiarte, pero no puedo amarte. No es por ti, es por mí... vaya excusa más vieja y más tonta, pero esta vez es cierta. Tengo ese defecto y me temo que lo tendré siempre, soy un ser incapaz de amar. Y tú dirás que no es verdad, que es no te quiero lo suficiente y que todo es culpa mía. Pues sí, es verdad, es culpa mía, es culpa mía tener un corazón tan chiquitín en el que hay tan poco espacio que poca gente entra. Y también es culpa mía que todas las personas que ocupan mi corazón no se quieran ir de él, y siga aferrándome a ellas y a lo que siento. Porque no es fácil querer a nadie, pero todavía más difícil es olvidarle.
Eso tú no lo entiendes, ¿cómo lo vas a enteder? Para ti los sentimientos son demasiado efímeros, pero yo no puedo hacer eso, no puedo olvidar en tan poco tiempo... o tal vez sí. A esto me refiero, te quiero, te odio, te olvido, te recuerdo y te vuelvo a querer. Es un círculo que dura para siempre. Vuelve a leerlo. ¿Encuentras por algún lado la palabra "amar"? No, porque mientras tú me quieres cada vez más hasta que llegas a un punto que te cansas de mí y me olvidas; yo sigo en el maldito círculo, en el cuento de nunca acabar. Bien, después de leer esto seguirás pensando que no es que no pueda amar, es que no te quiero lo suficiente. Pues bien, te quiero tanto que si dijera amarte esas palabras se quedarían pequeñas, pero aún así, nunca te he amado y jamás te amaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario