Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

miércoles, 27 de julio de 2011

La soledad será tu compañía en los peores momentos

Maldito amor, esa es otra cosa. No soy lo suficientemente valiente como para sentirlo. Soy demasiado cobarde como para enamorarme y entregarme a alguien. Tengo miedo, sí, miedo al rechazo, a la mentira, al dolor y a demasiadas cosas más. Mucha gente dice que cuando te hacen daño poco a poco te haces más fuerte e inmune al dolor. A mí no me han hecho demasiado daño, pero yo me he encargado de protegerme con una coraza anti-amor. De tanto ver historias de chicas llorando y chicos riendo; de chicos llorando y chicas riendo; de chicos y chicas llorando, me he autoconvencido de que eso es el amor: lágrimas. Y lo siento, pero no me gustan las lágrimas. No puedo con ellas, como ser humano con sentimientos (más de los que me gustaría, cierto es), he llorado y lloro, pero ni lo hago en público, ni lo hago por amor.
Me guardo mis sentimientos para mí misma y si en algún momento aparece un mínimo indicio de que pueda surgir el más ínfimo amor por alguien... corto de raíz. Puedo sonar fría, pero es así. Primero, porque si no acabo voluntariamente con eso lo haré involuntariamente... cuando alguien me gusta suelo meter la pata tan hasta el fondo que se aleja de mí. Esto es una suerte, porque así nunca llego a querer a nadie, no de esa forma. Pero por otra parte, si esa persona es capaz de aguantar mis ataques de locura y mi humor que cambia como una veleta, entonces todo lo que me dice se convierte en una prueba. Cada comentario, cada palabra, lo analizo hasta encontrar un fallo. Ese fallo es la prueba de uno de sus defectos y le doy tanta importancia que hago una montaña de un grano de arena. Lo que podemos traducir a un sentimiento como muchísimo de amistad en base a una tontería.
No me malinterpretéis, tengo sentimientos, quiero a mucha gente y creo en el amor. Simplemente, creo que yo nunca llegaré a sentirlo ni a tener una historia fácil como las de los cuentos, ni difíciles como las de los libros.
¿Pero sabes algo? En realidad me gustaría que me pasara algo así, ya sabes, dentro de muchos años, antes de convertirme en una señora de los gatos y todas esas cosas que ahora veo tan lejanas. Me gustaría tener ochenta años y estar en una silla de ruedas, sin poder hacer apenas cosas, pero tener a alguien al lado que me diera la felicidad con solo cogerme de la mano y mirarme con sus ojos cansados por tantas cosas que han visto. Porque puedo imaginarme una vida sin amor, pero no quiero estar sola.

1 comentario:

  1. Pasé por tu blog y me gustó :D
    Pasa por el mío. Seguime que te sigo !
    Un besitooooo
    http://under-inspection.blogspot.com !

    ResponderEliminar