Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

sábado, 14 de enero de 2012

Hablamos por hablar, hablamos sin decir nada

Sé perfectamente de qué va esto. Sé lo que se supone que tengo que decir, eso que todos esperan que diga.
Sé que tengo que callarme, porque eso de ser tímida es lo que va conmigo. Sé que tengo que esperar a que los demás reaccionen, porque la palabra atrevida nunca me ha definido. Sé que no tengo las sonrisas permitidas hasta que los demás me den un motivo para sonreír. Sé que tengo que estudiar y que lo de quedarme despierta hasta las tantas no es habitual en mí. Sé lo que todos esperan que haga, de la misma forma que sé que tengo que callarme y escuchar los problemas ajenos. Aunque al final, también sé que hay otras cosas.
Sé que a veces me gusta perder el control, hacer cosas sin pensar y decir cualquier tontería cuando todos están en silencio. Sé que la timidez la pierdo cuando estoy con las personas que de verdad me importan y que sonrío cuando todos esperan que baje la mirada. Sé que no quiero irme temprano a dormir porque las mejores cosas se hacen a altas horas de la madrugada. Sé que tengo que estudiar, pero no por los demás, sino por mí. Sé que hay mucha gente que cree saber cómo soy, pero se escandalizaría al oír lo que digo cuando suena el timbre que marca el fin de las clases. Sé que hace falta valor para romper con lo establecido y que a veces, yo también tengo miedo. Pero sé, con total seguridad, que ese miedo no me frena, solo me desafía y yo, como buena orgullosa que soy, acepto. Por eso sé que la mayoría vivimos detrás de una imagen que nosotros mismos hemos creado, pero sé también que esa imagen no es más que un maquillaje que te quitas al llegar a casa. Y tengo que decir, sinceramente, que eso no es ser falsa; pero pueden decirlo tantas veces como quieran, si al menos me importara...

No hay comentarios:

Publicar un comentario