Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

sábado, 13 de agosto de 2011

Nadie te devuelve las horas a solas pensando

Dime una cosa... ¿y esas lágrimas que he derramado por las noches? ¿Y las sonrisas que no he podido darle a quien se merece? Dime, ¿quién pagará eso? ¿Quién me va a devolver todos esos momentos a solas en mi habitación pensando en ti, en mí, en nosotros? Todas las canciones tristes que he traducido pensando en ti y horas escuchándolas hasta quedarme sin batería en el mp3. Los CDs grabados en los que todas y cada una de las canciones me recordaban a ti... ¿qué voy a hacer ahora con ellos? ¿Qué voy a hacer con los trozos de papel que hablaban de ti? Recuerdo que por ti quise aprender cosas nuevas, para tener algo que contarte e impresionarte... por favor... era, soy y probablemente (casi seguro), sea siempre una ilusa. Y también es probable que cuando me despierte mañana no sienta nada de lo que ahora recorre mis venas e hinunda mi corazón. Es probable que no sea capaz de abrirme y decir lo que siento como ahora. Pero es una suerte, una suerte enorme para mí, porque si te dijera todo lo que siento me quedaría totalmente indefensa ante ti y no soy capaz de aguantar esa sensación de ser única y puramente yo ante nadie. Al final, esta es una noche como tantas otras que he pasado en vela escuchando música sentimental hasta las tantas de la noche, y creo que por hoy es hora de callarme y dormir. Mañana (hoy) será otro día...

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