Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

miércoles, 3 de agosto de 2011

Quiero a todas y cada una de las cosas que aún están por llegar

Quiero volver atrás, al día que empecé a sentir y darme una bofetada a mí misma. Los sentimientos nos hacen débiles, frágiles ante todo el mundo. Cuando empiezas a querer no eres capaz de imaginar ni una millonésima parte del daño que todo eso te va a hacer. Por supuesto que no podemos hacer nada. Nos han hecho sentimentales, nos hemos hecho sentimentales. Y para algunas cosas yo lo soy demasiado (y para otras demasiado poco).
Por querer, quiero a toda mi familia, incluso a esos que a veces no me caen bien; quiero a mis amigos, también a los que me han traicionado, porque en algún momento hicieron algo bueno por mí; quiero a los profesores de preescolar, que nos enseñaron que si alguien te pega, le tenías que pegar y si te la devolvía, pues le pegabas más fuerte y fin de la historia; quiero a ese hámster que tuve hace muchos años y murió, quiero al gato que tuve de pequeña y del que ni siquiera me acuerdo, pero le quiero por las cosas que me han contado y por los abrazos que no recuerdo haberle dado, pero que le di; quiero incluso a todos y cada uno de los peces que he tenido... y es raro.
Pero todavía más raro es algo que me pasa. Quiero cosas que no han pasado nunca y a gente que no he conocido. Quiero las cosas que están por venir... las buenas, pero también quiero un poquitín las malas. Quiero las cosas que he soñado tener y no tengo. Porque en sueños, todos hemos tenido un marido perfecto que se iba a la guerra y volvía sano y salvo y unos hijos que se portaban mal, pero claro... como su padre estaba en la guerra, era comprensible, y yo les quería. Sería sólo un sueño, pero yo les quería. Y quería a mis amigos del sueño, que no son reales, pero les quería. Y cuando soñaba con el examen de selectividad que todavía no he tenido, había un profesor que me ayudaba y también a él le quería un poco.
Eso es lo difícil, lo duro, querer las cosas que están por venir, porque tal vez nunca lleguen. En parte, no quiero que lleguen, porque si las cosas buenas vienen, traerán consigo las malas. Pero a fin de cuentas, todos queremos cosas imposibles, yo quiero que la gente que quiero sin quererles de verdad no se presenten en mi vida para no tener la oportunidad de quererles, pero también quiero seguir queriéndoles... complicado, ¿no?

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