Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

martes, 15 de noviembre de 2011

A palabras falsas, oídos sordos


Cambiar forma parte de la vida de todas las personas y si alguien te dice que has cambiado para mal o que no te reconoce, lo único que tienes que decirle es: "antes era yo, ahora soy yo". Porque tarde o temprano esa persona cambiará y tú tampoco la reconocerás, pero habrás aprendido que cambiar es ley de vida y convertirse en una persona diferente es lo que, al fin y al cabo, nos va a pasar a todos. El momento difícil es aquel en el que te das cuenta de que tú eres otra persona, de que has cambiado y de que habías estado tan poco pendiente de ti misma que ni te habías dado cuenta. El momento difícil es aquel en el que te miras al espejo y te preguntas "¿Esta soy yo? ¿Qué me ha pasado? ¿Cuando he dejado de quien como era y me he convertido en lo que soy?". Pero el momento más difícil, más duro, es aquel en el que tus amigos, tu familia, o una sola de las personas que te importan te dicen "No sé qué te ha pasado, has dejado de ser la persona con la que compartía tantas horas y me lo pasaba tan bien, has dejado de ser la persona que me importaba". Eso, eso es lo realmente complicado, haberte mostrado tal y como eres ante alguien y que te rechace por haber hecho algo de lo que ni siquiera eras consciente, por haber cambiado. Al final, la persona que más quieres te está dando la espalda por ser como eres, y eso duele
Pero lo importante, lo que jamás nadie debe olvidar es recordar quiénes somos. Nunca nuestra forma de ser puede estar influida por las opiniones de los demás, porque entonces no seríamos “yo”, sino el producto de lo que el resto quiere que seamos. Y ¿sabes qué? Aunque intentes convertirte en quien los demás quieren, siempre tendrán algo que criticar y algo que echarte en cara. Así que sé tú, sin condiciones ni dudas, porque esa es la única forma de que te quieras; y si no te quieres tú, no te querrá nadie.

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