Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

martes, 1 de noviembre de 2011

Verdades contadas a la luna, a las estrellas y a la noche que cuando sale el sol no soy capaz de pronunciar

Todo el mundo trataba de animarme diciendo que yo valía más que él, que no me merecía. Y yo asentía y decía que tal vez fuera así, pero en el fondo sabía que era mentira, que lo que a mí me faltaba, a él le sobraba y viceversa, por eso hacíamos tan buen equipo... pero él tenía orgullo por los dos y arrogancia le sobraba, esa fue nuestra perdición. Igual unas semanas más juntos o una conversación profunda habrían bastado para evitar el desastre, esa duda estará para siempre en mi cabeza, junto con una pizca de remordimiento y un hueco, un espacio vacío con su nombre grabado a fuego, por si algún día decide volver a dejarse caer por mi vida. ¿Que no me merecía? Vaya estupidez. A veces pienso que soy yo la que no le merecía a él y eso me hace sentir orgullosa. Entré en su vida como un pequeño huracán, me llevé un poco de su paz, le hice ponerse de los nervios y dejé una pequeña huella que quizás para Año Nuevo ya no esté ahí. Pero ¿ves ese corazón tan noble dentro de su pecho? Un día estuve ahí dentro. Cuando me quisieron echar me aferré con todas mis fuerzas, pero se volvió en mi contra y le perdí... Pero dejé paso a otras personas, gente que le hará daño, que le dejará tirado y que le traicionará... gente que al igual que yo, no le merece, gente que no sabrá valorar todo lo bueno que tiene dentro. Así que la próxima vez que alguien me diga "Sonríe, Sarita, nadie merece tanto la pena como para que tengas la mente volando cerca de él y el cuerpo cansado aquí", pensaré "Él sí". Y que a pesar de que yo no le merezca, seguiré sacando una sonrisa gracias a él y a los recuerdos increíbles que tengo gracias a momentos aún mejores a su lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario