Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

martes, 4 de octubre de 2011

Crecer, tener más responsabilidad y empezar a decir "estos niños de hoy en día... yo con su edad no tenía móvil, ni redes sociales, jugábamos con barbies y éramos más felices"

Seguro que has oído hablar de la crisis de los cincuenta, de los cuarenta, de los treinta, ¿de los veinte? No sé si existe la crisis de los veinte. Pero estoy segura de que algo mucho menos común es la crisis de los 15. Yo la pasé, sí, y me acuerdo perfectamente (tampoco fue hace tanto).
Voy a ir un poco atrás en el tiempo... Cuando tenía 13 años, una amiga mayor que yo me dijo que los catorce serían la peor época de mi vida. La verdad es que no me lo creí demasiado y cuando los cumplí y empezaron a pasar los meses pensé que mi amiga estaba loca, que la mejor edad del mundo eran los catorce años. Pero claro, como no, todo se acaba, y volvió a ser mi cumpleaños. ¡Dios, iba a cumplir 15 años! Me estaba haciendo vieja, no quería cumplirlos, por primera vez en mi vida miraba el reloj deseando que no pasara el tiempo, que no llegara el día de mi cumpleaños (sí, era un poco dramática)... pero llegó. Estuve de mal humor todo el día, y el anterior, y el siguiente, pero sólo cuando no había nadie, sólo estaba mal para mí, al resto del mundo le sonreía al decir que era mi cumple y me hacía la feliz de tener un año más. Pero lo pasé mal, me sentí demasiado mayor, ya no quería cumplir más... y lo peor fue cuando me encontré una cana. UNA CANA, SÍ, CON QUINCE AÑOS. Me salió un pelo blanco en la ceja... de verdad, nunca he tenido unos días peores que aquellos. Por suerte, sigo con mi pelo castaño y nunca más me apareció un pelo blanco, pero de verdad... lo pasé realmente mal y me di cuenta de que seguir creciendo sería una mierda.
Por eso, desde que cumplí los quince, ya no me gusta soplar velas ni que me canten el cumpleaños feliz (mentira me gusta que lo hagan, pero me gustaría no tener más años). Lo que quiero decir, es que si pudiera volver a cuando tenía doce años y quería ser mayor, me echaría una buena bronca y disfrutaría del momento.
La infancia está para ser niña, la adolescencia para ser adolescente y la madurez para ser maduro. Probablemente, todos los adolescentes añoran ser niños, y todos los adultos añoran ser adolescentes, igual que todos los ancianos desean ser adultos. Pero la vida sigue y creo que es ley de vida echar de menos el pasado y pensar que la época pasada es mejor que la vivimos... no, lo mejor no lo hemos vivido y está aún por venir.

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