Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

domingo, 30 de octubre de 2011

Vamos a hacernos los valientes, a salir a la cornisa de los edificios y bailar como si no hubiera mañana

¿Sabes lo que se siente justo en el momento en el que un escalofrío recorre todo tu cuerpo? ¿Cuando las lágrimas quieren salir, pero tú luchas para que se queden dentro y sigan manteniendo la imagen de chica perfecta con vida perfecta? ¿Lo que se siente cuando el frío no solo inunda tu cuerpo, si no también tu alma y tu vida? ¿Cuando echas de menos a alguien a quien no deberías extrañar? Cuando la primera lágrima cae por la mejilla izquierda y entonces ya no hay vuelta atrás, cuando tu perfecto mundo se ha derrumbado. Todo se termina en ese preciso momento en el que te das cuenta de lo que perdiste.

Hola mundo, no estoy sola, pero me siento sola. Los abrazos de mis amigos ya no me sirven, las sonrisas no se contagian y las palabras amables parecen ir siempre en contra mía. Sé que están ahí, sé que los tengo 24 horas para lo que necesite, sé que me ayudarán siempre que lo pida y cuando no lo pida también, pero eso no impide que me sienta completamente alejada del mundo.

Miro por la ventana y ¡oh, sorpresa! el cielo está gris. Me gustaría saber cuántas personas en este momento están igual que yo en cualquier parte del mundo ¿se cuentan con los dedos de una mano? ¿O a decenas? Ahora no necesito pañuelos, no tengo que inventar una excusa para mirar al suelo constantemente, estoy sola. Si alguien abre la puerta, pues me limpio la cara con la manga de la chaqueta, pongo  mi mejor sonrisa fingida (que es mejor aún que la real) y adiós problemas. ¿Quién se va a dar cuenta? Nadie. Podría ser actriz (no, no podría)... al fin y al cabo todos los momentos malos de mi vida los he pasado encerrada entre cuatro paredes y sonriendo a la compañía, nadie se dio cuenta jamás de nada.

Total ¿qué iba a decirles? "¡Mamá,  me rompieron el corazón!", "Tranquila hija, hay mil chicos mejores, además, estaba claro que no duraríais demasiado)" (gracias por ser tan considerada). "¡Amiga, se me murió el pez!", "¿Te compro otro?" (Claro, como son todos iguales, qué más da, ¿no?). ¿Qué sabréis vosotros de mi sufrimiento? Absolutamente nada, podéis haber sido las personas más desgraciadas, pero sabéis de vuestro dolor, el mío solamente lo siento yo, así que dejar de intentar comprenderme.

Soy una egoísta (¡sí!), una egocéntrica (¡también!), una desconsiderada (¡sobre todo!), pero una persona que oculta su dolor, eso soy ante todas las cosas. No necesito hombros para llorar ni nadie que me seque las lágrimas, tengo manos y un peluche con el que infantilmente paso mis malos momentos, además, las canciones tristes que llenan mi mp4 ayudan bastante a animarme.

Así que, gracias mundo, por hacerme tan autosuficiente cuando estoy mal, porque no hay peor castigo que el hecho de que la gente más quiero me vea destruida.

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