Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

martes, 11 de octubre de 2011

Esas personas que se marchan voluntariamente de tu vida y sólo quieres gritar "¡QUÉDATE, NO TE VAYAS!" pero no dices nada y te quedas viendo cómo se distancian.

¿Nunca has tenido la sensación de que no puedes hacer más? De que por más explicaciones que des, más alto que hables o más gesticules cuando alguien no te cree, no te cree. Sentir la impotencia de saber que dices la verdad, pero que no quieren creerte... es una sensación extraña.
Cuando te encuentras con alguien que hace tiempo que no veías y entonces sonríes y le saludas, intentas tener una conversación decente, que te cuente cosas sobre su vida, encontrar una forma disimulada de averiguar algo para volver a verle. Pero sólo te encuentras con respuestas vacías, con silencios incómodos y te desesperas, te vuelves a sentir impotente. Porque joder, ¡te echo de menos! ¿Por qué no te das cuenta? Quiero que vuelvas a formar parte de mi vida, que vuelves a ser esa parte TAN importante que eras hace no tanto. El momento en el que te das cuenta de que un buen amigo ya no es más que un simple conocido (incluso DESconocido)... y lo intentas, y lo vuelves a intentar, y no sabes qué hacer porque has sacado tu mejor as de la manga para no perderle, pero no ha servido de nada. Y te jode, y me jode, y nos vuelve a joder ese momento en el que algo dentro de ti hace "click" y te das cuenta de que le has perdido para siempre, de que por mucho que intentes recuperar el contacto, la confianza, la amistad... ya no hay nada que hacer. Porque cuando un corazón muere,  no se puede resucitar; pero aunque tú seas sólo indiferencia, yo te sigo echando de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario