Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

domingo, 25 de septiembre de 2011

He aprendido que lo que hoy te hace bien, mañana te puede hacer mal... y viceversa


Me da igual lo que la gente diga, lo que la gente piense. Que si yo quiero agarrarme a una persona que sé que me va a dejar tirada, me agarro, y aunque sepa que es un capullo que tiene un corazón demasiado pequeño y aunque sepa que apenas le importo, si quiero seguir a su lado, sigo. Y que digan lo que quieran, que intenten abrirme los ojos. ¡Pero que yo ya lo sé! Sé como son las cosas, pero me da igual. Porque no creas que soy tonta, lo he pensado mucho y me he dado cuenta de que si no me hace de verdad daño, no me voy a olvidar de él. Por eso prefiero ignorar a toda esa gente que por mi bien dicen que ese chico me hace mal. Pero... espera, ¿he dicho que no soy tonta? Sí, sí que lo soy, porque por un momento pensé que había entrado en ese pequeño corazón de piedra... pero no. Y aunque me costó, abrí los ojos y me di cuenta de que no hablándole no le voy a olvidar, porque no tengo tanta fuerza de voluntad como para pasar de él eternamente. Es por eso, que prefiero que me haga todo el daño que sea necesario hasta que mi corazón deje de pensar y vuelva a dejarle mandar a la cabeza. ¿Me gusta el dolor? No, pero prefiero un dolor rápido y profundo, que no leve y lento.

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