Sólo siguiendo el ritmo de las nubes llegarás a alguna parte

martes, 13 de septiembre de 2011

Juzgar para después ser juzgado, escuchar para ser escuchado y ponerse en el lugar de los demás para que ellos se pongan en el tuyo

Últimamente no escribo, no sé que escribir. Sólo escribo lo que siento, porque siento lo que escribo. ¿Es que he dejado de sentir? Tal vez. Quizás ahora sea una persona insensible que no tiene corazón, o quizás sea una persona incapaz de expresar lo que siente... no lo sé. Pero sé que mientras no sienta, no escribiré, porque bastante difícil me parece intentar explicar lo que siento, como para intentar explicar algo que no siento. Porque bueno, es así, yo escribo lo que pasa por mi cabeza, aunque la mayoría de las veces está bajo el control del corazón. Por eso todo lo que intento explicar es lo que me ha pasado, lo que he sentido en algún momento y en cierto modo, vuelvo a sentir mientras lo intento plasmar en una pantalla de ordenador.
Que sí, que a veces intento hablar de amor y estoy a mil kilómetros de distancia de saber lo que es el amor, pero soy bastante empática. Me pongo muy bien en la piel de los demás, creo que demasiado bien, y por eso a veces los sentimientos ajenos se convierten en propios. Eso a veces es un incoveniente, es verdad, porque veo algo triste y me entristece, leo algo alegre y me da fuerzas, por eso no me gusta juzgar a la gente, porque creo que si estuviera en su lugar no me gustaría que lo hicieran. Es por eso que me cuesta tanto hacer daño (aunque a veces alguien lo merezca), se me pasa muy rápido esa fuerza que a veces uno tiene dentro y le da valor para poner a cada uno en su lugar. Porque yo creo que no soy nadie para poner a nadie en su lugar, eso es cosa del tiempo.
Es muy difícil de explicar lo que pasa dentro de cada uno de nosotros. Me parece que es algo tan complejo que por mucho que se intente explicar, no se puede... y todavía es más difícil intentar entender lo que otro siente, porque algunas personas (me incluyo) ni entienden todo lo que sienten ellos mismos. Y mientras escribo sigo con mi bipolaridad de siempre (porque si hay algo que me caracteriza es tener dos opiniones opuestas frente a lo mismo). Y mientras escribo (o lo intento), siento.
Y como acabo de decir, cambio muy rápido de opinión: he empezado diciendo que ya no siento, y termino diciendo que ahora sí siento. Lo que creo, es que una parte de mis sentimientos se han congelado, se han paralizado en un momento determinado mientras el resto seguían y siguen en continuo movimiento. Así

No hay comentarios:

Publicar un comentario